Tras la mediación de Tabaré Vázquez y Rafael Correa (en su condición de presidentes de la Unasur y la Celac, respectivamente) Colombia y Venezuela acordaron en Quito, el lunes 21, marchar hacia “una progresiva normalización” de la situación en la frontera y de las relaciones bilaterales. El conflicto se originó luego de que tres guardias venezolanos fueran baleados presuntamente por paramilitares colombianos, lo cual llevó a que el 19 de agosto Caracas cerrara amplios tramos de la larguísima frontera, declarara el estado de emergencia en estas áreas, deportara a 1.800 colombianos y retornaran a su país otros 18 mil. Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos se comprometieron a investigar en conjunto la situación en la frontera, a tomar medidas para remediar los problemas, reunir a equipos ministeriales de ambos países para comenzar a implementar soluciones concretas, el retorno a sus puestos de los embajadores y la continuación del diálogo con acompañamiento de Ecuador y Uruguay.
La reunión de a cuatro, según trascendió, fue dura y estuvo marcada en sus inicios por recriminaciones mutuas de los presidentes de Colombia y Venezuela. Santos acusó a Maduro de “generar un drama humanitario en la frontera” y violar los derechos humanos de los colombianos que viven hace décadas en las regiones limítrofes, y Maduro a Santos de no hacer nada para frenar a los paramilitares colombianos que operan en el área, ni al contrabando que de-sangra la economía venezolana. Santos atribuyó a Vázquez el mérito de ir apaciguando los ánimos.
Maduro dijo que no reabrirá los pasos de frontera hasta que la zona se vuelva “otra vez segura” y se restaure “la legalidad”. “Hasta tanto en la frontera no garanticemos el funcionamiento de una economía sana y libre, sin contrabando de productos (…), de gasolina, sin paramilitarismo, sin ataque a la moneda, y lo garanticemos binacionalmente, la frontera tendrá todas las restricciones que hoy tiene”, dijo. También afirmó que en Quito le propuso a Santos “un plan de seis meses” para ir resolviendo esos temas, en particular el paramilitarismo. “Tuvimos diferencias en nuestra visión, pero lo vamos a combatir compartiendo inteligencia, información”, a través, por ejemplo, del “mapeo” de las zonas donde actúa, y luego “darles durísimo”.