La gran murga
Es difícil imaginarse un montevideano amante de la música popular que no se conmueva en mayor o menor grado cada vez que, en un escenario, o aun desde alguna lejana radio escondida detrás de los postigones de alguna casa, escucha un coro de murga, montado sobre la santísima trinidad de la percusión murguera: redoblante, bombo y platillos. Es muy difícil, en esta ciudad, escapar del sortilegio murguero, con sus potentes voces armonizadas y la percusión entre juguetona y arrolladora.Sayago, el segundo disco de La Tríada, trae todo eso: las voces, la percusión, el latido de esta ciudad donde el Carnaval es cada vez más una auténtica industria, pero donde pese a eso, la murga no ha perdido su carácter de implacable cronista de la realidad y disparadora de esas emociones que eriz...
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