Heridas expuestas - Semanario Brecha
Los frentes internos y externos de Cabildo Abierto

Heridas expuestas

Las diferencias entre Cabildo Abierto y sus socios en la coalición de gobierno, incluido el Poder Ejecutivo, quedan cada vez más al descubierto. Guido Manini Ríos intensifica las críticas a sus socios y al propio presidente. Sin embargo, la interna cabildante también sufre los vaivenes del poder, con la aparición de nuevas corrientes, que originan resquemores difíciles de esconder.

Guillermo Domenech, Guido Manini Ríos y Raúl Lozano durante la interpelación a Luis Heber y Francisco Bustillo por el caso Marset. MAURICIO ZINA

Con votos del oficialismo, incluido el de Cabildo Abierto (CA), la Cámara de Diputados rechazó la moción de censura al ministro del Interior, Luis Alberto Heber. Sin embargo, el proceso que derivó en esa sesión dejó al descubierto las desavenencias que enfrenta la coalición de gobierno, que incluyen –como nunca antes– golpes directos a las altas esferas del Poder Ejecutivo.

En el oficialismo, en particular en el gobierno, quedaron molestos con la actitud cabildante. Los diputados blancos Sebastián Andújar y Juan Martín Rodríguez fueron explícitos en las críticas a sus socios. En tanto, el presidente Luis Lacalle Pou intentó quitarle dramatismo, pero dejó una frase que tenía un destinatario: «A esta altura, no voy a entrar en chiquitas […]. Yo separo claramente las políticas de gobierno de los estados de ánimo. Punto final».

La negociación por la reforma de la seguridad social dejó heridas abiertas y algunos resquemores entre los socios. Pero las huestes cabildantes quedaron «en pie de guerra» desde que el presidente conminó a la exministra Irene Moreira a renunciar a su cargo por la entrega directa de viviendas a militantes de su sector político. Por esas horas, CA analizó, seriamente, abandonar la coalición de gobierno, algo que no se concretó, entre otras cosas, por las diferencias internas y por el impacto que tendría esa medida sobre unos 400 militantes que ocupan cargos a todo lo ancho del aparato estatal.

El frío saludo entre Manini Ríos y el presidente durante la celebración del Día del Ejército fue la primera muestra de que la relación entre ambos había ingresado en otra fase. Los reiterados embates del líder cabildante hacia la gestión del gobierno confirmaron el quiebre, que se traduce en constantes chisporroteos en el ámbito parlamentario. «La tensión es constante», confesó un legislador oficialista a Brecha.

Esa tensión quedó de manifiesto en la interpelación a Heber. Pero no fue la única. Durante la media hora previa de la sesión de la Cámara de Senadores, Manini Ríos se refirió a la actual crisis hídrica y apuntó sus dardos contra la Torre Ejecutiva. El militar retirado pidió que OSE exonere la tarifa a los consumidores de Montevideo y el área metropolitana, ya que no están recibiendo agua potable, y cuestionó la demora del gobierno en la construcción del trasvase de agua del río San José al río Santa Lucía, una crítica similar a la que plantean desde el Frente Amplio.

Unas horas antes, acusó a los integrantes de la Torre Ejecutiva como responsables de un supuesto plan para desacreditarlo a él y a su partido. Sus palabras eran una respuesta a un informe del programa Santo y Seña que reveló una nueva entrega directa de vivienda a una militante de CA durante la gestión de su esposa. Sus palabras llegaron a decenas de militantes cabildantes a través de un mensaje de Whatsapp.

El diputado Martín Sodano evaluó que los problemas surgidos en la interna del gobierno refieren a la falta de una mesa de negociación que permita estrechar los canales de comunicación entre los socios y la definición en conjunto de los lineamientos políticos del gobierno. En este sentido, el legislador admitió que al inicio del período se sintieron ninguneados por sus socios y que el cambio de actitud es porque hoy «estamos en un pie de igualdad». «Antes CA era más omiso, quizás, porque no tenía experiencia, pero eso cambió», remarcó Sodano a Brecha. «Hoy molestamos, hacemos ruido, hacemos las cosas de acuerdo a nuestras convicciones. En CA no votamos por disciplina partidaria, se vota por convicción, y eso hace ruido», redondeó.

En este contexto, en la bancada oficialista se preparan para nuevas tensiones que puedan surgir durante el debate del proyecto de rendición de cuentas. Se estima que CA intentará dar una nueva batalla para distribuir fondos con el fin de fogonear otras leyes de interés para los cabildantes. Más cuando los liderados por Manini acaban de lograr la aprobación de una de sus primeras leyes de peso: la reparación a las víctimas de grupos armados entre 1962 y 1976. Pero desde filas de los demás socios pronostican que la negociación será dificultosa, dado que los vínculos personales con algunos legisladores cabildantes «están dañados».

Tras el mensaje a través de Whatsapp de Manini –que fue recibido con atención en los despachos de la Torre Ejecutiva–, dirigentes del oficialismo, como es el caso del ministro de Defensa, Javier García, salieron públicamente a pedir tranquilidad y reducir las diferencias públicas entre los socios de la coalición. A su vez, en una rueda de prensa, el ministro de Vivienda, Raúl Lozano, dijo no sentirse cómodo con la tensión existente en la interna de la coalición: «Muy cómodo no estoy, pero prefiero que él [Manini] haga los comentarios», contestó Lozano. Sus palabras, sin embargo, provocaron controversia en filas cabildantes.

CINCHAS INTERNAS

Cabildo Abierto fue la sorpresa de la última elección. Con casi 270 mil votos, los liderados por Manini Ríos se convirtieron en un actor clave de la coalición de gobierno. Sus tres senadores y 11 diputados tienen poder veto en ambas cámaras. Ese poder fue lo que comenzó a motivar rispideces con sus socios. Pero también movimientos internos.

A poco de iniciar el gobierno, Irene Moreira comenzó a gestar su propia corriente partidaria. La movida tenía como objetivo ampliar la base electoral del partido. Por esos días, el diputado Eduardo Lust (hoy escindido del partido) también comenzó a «orejear» su propio peso en la interna. Con el tiempo comenzaron a vislumbrarse otros movimientos: la diputada Elsa Capillera empezó a impulsar su agrupación, asentada en barrios de la perifiria montevideana.

No obstante, en los últimos tiempos comenzó a gestarse una nueva corriente encabezada por Lozano, un excoronel del Ejército, especializado en temas de inteligencia, que llegó a filas cabildantes junto con Manini Ríos como uno de sus hombres de confianza dentro de la estructura. También fue un férreo defensor de las propuestas cabildantes en el Parlamento, donde operó como coordinador con el resto de las bancadas. Pero en los últimos meses están distanciados. Incluso, integrantes de CA lo ubican como el impulsor del «antimaninismo». Ese distanciamiento, dicen, quedó al desnudo durante la discusión interna sobre la permanencia del partido en la coalición de gobierno. Lozano era un firme partidario de mantenerse en el gobierno, y así lo dejó en claro durante la reunión de la Mesa Política; algunos de los más cercanos al líder cabildante, como el senador Guillermo Domenech, exigían la retirada.

Esas diferencias reflotaron esta semana. Lozano destituyó al director de Vivienda, Jorge Ceretta, hombre de confianza de la exministra Moreira, lo que ocasionó nuevos ruidos en la interna. Según informó El País, su lugar sería ocupado por el gerente general de Mevir, Pablo Avelino, alineado con la corriente impulsada por Lozano. Con todo esto sobre la mesa, varios dirigentes cabildantes expresaron sorpresa por la designación de Lozano al frente del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, ya que estas tensiones internas eran motivo de cuchicheos entre dirigentes cabildantes de todo el país.

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