La cuarta placa1 del músico Damián Gularte lo muestra más electrónico pero igual de sereno ante comparaciones. No es poco, teniendo en cuenta que hoy se cumplen cinco años de la muerte de su padre, Jorginho Gularte.
—Este disco está consagrado a la música electrónica, que en el anterior no pasaba de experimentación.
—Programé todas las baterías, sí, aunque no es electrónico al cien por ciento; incorporé percusiones que le dan el toque humano. En este disco pasan cosas interesantes que no pasaron en los anteriores. Me animé a tocar el bajo en todos los temas y aceptaron acompañarme músicos de la talla de Hugo Fattoruso y Ariel Ameijenda, entre otros. Y en el proceso de programación de las baterías me asistió Elniño Quetocafuerte, que también hizo la mezcla y masterización.
—¿Nombre de Elniñ...
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