Un esfuerzo editorial meritorio, grabado por Gerardo Alonso, que cuenta con el apoyo de la inquieta gente de La Lupa Libros, a quien debe reconocerse el apoyo a este tipo de iniciativas.
Ismael Collazo, formado por docentes como Mauro Marasco, Leonardo Croatto y Rossana Taddei, pasó por la Escuela Universitaria de Música y fue parte de algunas bandas hasta desembocar en su labor como cantautor solista. Desde sus inicios ha transitado escenarios con inclaudicable tenacidad, logrando presentarse a lo largo y ancho del país y también en Argentina, con actuaciones en Buenos Aires, Rosario, Santa Fe y La Plata.
Si bien su nuevo disco significa un notorio salto de calidad, un trabajo mucho más logrado que su predecesor en todos los planos, de todas formas debemos repetir algunos conceptos vertidos en ocasión de la nota dedicada a su disco de 2009.
Seamos claros: Ismael Collazo es un músico muy competente, que canta muy bien, compone elegantes melodías, escribe letras realmente interesantes y tiene gran ojo para elegir sus acompañantes y generar orquestaciones plenas de fineza. Eso, tras la audición de sus dos primeros discos, está fuera de toda duda.
Pero, increíblemente, sigue apegado en forma absoluta al modelo de Jorge Drexler en todos los rubros. Algo que va mucho más allá de una mera influencia y que cuesta comprender. La música uruguaya está llena de grandes nombres que muestran influencias y hasta reflejos de grandes maestros en su música. Alberto “Mandrake” Wolf refiere a Eduardo Mateo, Pablo Estramín soltaba notas graves “zitarrosenses” y Walter Bordoni por momentos tiene una emisión que casi homenajea al gran Eduardo Darnauchans; son matices, claros, pero matices al fin.
Collazo canta idéntico a Drexler, compone melodías que parecen –aunque están lejos de serlo– de Drexler, escribe letras decididamente drexlerianas y arregla sus canciones utilizando guitarras acústicas, batería con escobillas y hasta instrumentos de viento en una forma que refiere directamente a discos como los recientes Amar la trama, Bailar en la cueva o bien los más lejanos Eco y Vaivén del reconocido compatriota radicado en España.
¿Qué sentido tiene intentar semejante clon en forma tan explícita? ¿Es bueno o perjudicial para su carrera?
De todas maneras Ininterrumpidamente exhibe muchas buenas canciones, como “Aire fresco”, “Sino”, “Ininterrumpidamente” y “ Lo que no puede ser” (donde participa “Mandrake” Wolf exquisitamente). Uno de los mejores momentos es “Gris”, con su divertido aire de foxtrot, donde precisamente, por un momento, se despoja del clon y muestra el inequívoco potencial que este artista tiene.
Ismael Collazo presenta su disco el próximo viernes 10 de octubre en la Alianza Francesa, bulevar Artigas 1271 con entrada libre. Una buena oportunidad para decidir si ir a escuchar “al tipo que canta como Drexler” o a un artista de real potencial capaz de pararse en sus propios pies y hacer su propia música, que seguramente resultará más que atendible.
Ininterrumpidamente. Ismael Collazo. La Lupa, 2013.