Sol Bauzá
“Jazz uruguayo” es, en algún sentido, un oxímoron. Y si, como en el título de este disco,1 se cambia “uruguayo” por “oriental”, la incongruencia se intensifica, ya que “oriental” enfatiza el carácter nativista, tradicionalista, patriótico. En el texto de carátula, Sol Bauzá cuenta de su involucramiento con el jazz y el soul, de su provisoria emigración a las Islas Canarias, de las asociaciones de ese archipiélago con la constitución de la nación uruguaya y de cómo, desde el extranjero, se reforzó su uruguayidad y empezó a adoptar repertorio nacional.
En este trabajo, “jazz” no está en su sentido más inmediato (versiones instrumentales que sirven como base para solos improvisados). Se trata más bien de jazz-canción, que tiene como modelos las crooners de las big bands, las solistas vocales del bebop, y se entrevera con el soul. Es un área muy atractiva para una intérprete vocal, porque implica formas muy maleables de cantar (melismas, inflexiones de timbre y de altura, expresión emotiva intensa y suelta derivada del góspel). Una veta difícil de compatibilizar con la canción uruguaya, que suele ser, por lo normal, silábica y recatada. Este disco existe en la tensión entre el descubrimiento de elementos comunes, el choque de otros que son discrepantes, y distintas escapadas hacia un lado u otro.
Como para hacer más sabroso el problema, se omiten autores uruguayos muy “jazz” o “soul”, como Rada, Fattoruso, Urbano o los Taddei. Se abordan compositores conocidos: Mateo, Darnauchans, Cabrera, Estela Magnone y Pippo Spera,2 aunque el disco abre con uno un poco más under (Herman Klang, que con su enfoque humorístico habitual lidia en “El músico” con las vicisitudes del oficio), e incluye también un tema de la argentina Roxana Amed (excepción “occidental” en el disco). Hay una autoría de la propia Sol Bauzá, cuyo título “La muy fiel” (por la designación histórica de Montevideo) refuerza lo del oxímoron, apoyado en la canción misma, que habla de pasear con mate y termo por la escollera con una música de aire “vodevil” a la manera de “When I’m Sixty-Four”.
El acompañamiento se ciñe a un cuarteto: Daniel Rodons (guitarra eléctrica), Maximiliano Nathan (vibráfono), Andrés Pigatto (bajo) y Lucas Soria (batería). Se siente un trabajo compenetrado de arreglos y ensamble. El grado y forma de “jazzeamiento” cambia según la canción. “El mundo es chico” no necesita nada, porque es una canción nacida en la tradición que el disco curte, así como el tema de Klang, que es un jazz-waltz. Hasta “Cápsulas” ya traía su jazz adentro (la subdivisión ternaria, los solos entre estrofas, los melismas, las inflexiones blue), y su explicitación aporta adecuadas asociaciones con noche, bohemia, décadence. “Y hoy te vi” se despreocupa del jazz en su tejido de guitarra y vibráfono (sin base). “Final” también, y quedó muy tierna con ese ritmito Club del Clan. El aire sesentista de “Je suis sans toi” se refresca aquí con un muy buen riff de bajo. Es interesante la re-armonización de “El posible López”. En cambio la de “María” aplana la canción, devaluando una buena interpretación (de la cantante y de los músicos).
La combinación de canción latinoamericana con formas de cantar características de las negras estadounidenses es la propia definición del “melódico” latino de Miami, y es toda una proeza que Sol Bauzá logre esquivar totalmente esa perversión. Todas sus versiones son personales; tiene muchos matices, sabe largar la voz pero también sabe cantar chiquito, hace sus ornamentos pero también sabe ser lisa y contenida. Su voz es preciosa, tiene buena técnica y en todo el disco su afinación está impecable. Este trabajo difunde grandes canciones que, aun cuando son clásicos de culto, distan de ser tan conocidas como merecen, y la visita no es pasiva, sino que explora nuevos enfoques, que trascienden la etiqueta “jazz”.
Sol Bauzá presentará algunas de estas canciones, junto a otras angloamericanas, hoy viernes 28 a las 22.30 en el Museo del Vino (Maldonado y Gutiérrez Ruiz).
1. Jazz oriental, Perro Andaluz, pa 5399-2, 2012.
2. La ficha técnica tiene omisiones de autoría: Diane Denoir escribió la versión francesa de “Je suis sans toi”, la letra de “Oración de espirales” es de Mateo, la de “Cápsulas” es de José Asunción Silva, y la de “Final” es coautoría con Víctor Cunha.