David Bowie, Harper Lee, Alan Rickman, Umberto Eco, Dario Fo, Rubén Aguirre, Prince, Mohammed Ali, Gene Wilder, Leonard Cohen, Andrzej Wajda, Fidel Castro, George Michael, Carrie Fisher, Debbie Reynolds y tantos otros; 2016 será recordado por muchos por el año en que, entre otras tantas calamidades, grandes y reconocidos talentos se fueron muriendo, implacablemente y sin interrupciones.
Y en este sentido, muchas sorpresas imprevisibles se impusieron a los jugadores de sitios como Stiffs.com, Elpolvorín.com, Dead Pool Rotten o la Doug Stanhope’s Celebrity Death Pool, donde año tras año se reúnen las apuestas de quiénes serán las celebridades en morir próximamente. Además se están volviendo cada vez más populares los sitios como The Deathlist, que facilita para tales efectos los tops de nombres que, por cuestiones de edad y de salud, se considera están en los planes próximos de la parca. En este preciso momento la lista la encabeza Kirk Douglas, de quien sus 101 años son razón de peso para que un sinfín de jugadores ponga sus fichas en él. Otros candidatos en la lista son el historietista Stan Lee (94 años) y George Bush padre (93).
La ventaja de las “necroapuestas” es que, si bien las muertes cuentan con su cuota de azar, también existen ciertos grados de “predictibilidad”, por lo que un jugador asesorado con las noticias del jet-set podría contar con mejores chances. Pero nadie en estos sitios podría haber barajado los nombres de Prince, Bowie, Cohen, Michael y Fisher.
Naturalmente, este tipo de páginas web cuenta con una pésima prensa y suelen estar muy mal vistas. Especular sobre los decesos, esperarlos y festejarlos no son actividades que usualmente despierten elogios. En 2011 causó especial indignación en los medios el trascendido de que un concursante de Celebrity Dead Pool había ganado un I-pod gracias a la muerte a los 27 años, por intoxicación alcohólica, de la cantante Amy Winehouse.
Estas apuestas no están reguladas de ningún modo, lo cual despierta sospechas de si el dinero o los premios serán adecuadamente distribuidos. En muchos países la regulación de las apuestas y de los juegos de azar es competencia de los estados y los ministerios, pero en la mayoría de los casos este tipo de juego on-line queda en un limbo legal. En Estados Unidos las necroapuestas fueron consideradas ilegales y se intentó levantar las páginas varias veces, pero los servidores van cambiando y reaparecen al poco tiempo.
Quizá el sitio más interesante en este sentido es el británico Betsafe, en el que, año tras año, al comienzo de cada episodio de Game of Thrones se apuesta a cuál de los personajes será el próximo en morir, y de qué forma (decapitación, envenenamiento, fuego, white walker, etcétera). Incluso este año resultaron singularmente llamativas las apuestas que arriesgaban a adivinar de qué forma volvería a la vida el personaje de Jon Snow. Entre las opciones figuraban: “resurrección por magia de lady Melisandre”, “entra en la mente de su fantasma de lobo”, “se convierte en un white walker” y otras.