La economía política de la dictadura – Semanario Brecha
A 52 años de la represión

La economía política de la dictadura

opinion

La represión contra el movimiento popular –desde 1968 y durante la dictadura– dejó a miles de personas presas, asesinadas, desaparecidas y exiliadas, y desató una gran represión interna, con destituciones y persecuciones. Pero ¿cuál fue la base material sobre la que se asentó el proceso represivo? Intentaremos aquí responder a esa pregunta.

EL CONTEXTO ECONÓMICO DE AQUELLOS AÑOS

Desde 1957, la economía entró en un estancamiento general. Como resultado de ello, se desató lo que Danilo Astori1 denominó desequilibrios básicos, que provocaron una gran puja distributiva. Entre ellos, un creciente proceso inflacionario –mecanismo central del capital cuando la economía no crece–,2 el déficit fiscal, el endeudamiento externo y la fuga de capitales.

Esto desencadenó también un alineamiento de los partidos y de los sectores empresariales más poderosos para remover el modelo de protección necesaria3 y poner en marcha un modelo liberal y de apertura externa. Un primer intento fracasado fue la reforma monetaria y cambiaria,4 que finalmente no se impuso, dada la resistencia popular y también de los sectores industriales empoderados con la industrialización de los años cincuenta.

Un segundo intento (que dio inicio al modelo liberal, aperturista, concentrador y excluyente, al que llamamos LACE)5 ocurrió en 1968. Concretamente, se inició el 28 de junio de ese año, cuando se decidió no convocar a los consejos de salarios y dejar el ajuste salarial en manos del gobierno y se decretó la seudocongelación de precios y salarios. Decimos seudo porque el último ajuste de salarios había sido en enero de 1968, la inflación acumulada hasta ese momento era de 63,7 por ciento y la congelación se decretó tres días antes del nuevo ajuste salarial.

Entre 1968 y 1973, el salario real cayó 11 por ciento, contribución de los gobiernos previos a la dictadura a la concentración. Y no fue mayor pues, como se ve en el gráfico 1, en 1971 tuvo un pico ascendente derivado del clientelismo electoral, ya presente en aquellos años.

Pero los gobiernos previos a la dictadura también aportaron un modelo, ya que en 1972 se definió una nueva estrategia económica en el Plan Nacional de Desarrollo 1973-1977, que establecía la liberalización interna y la apertura externa como ejes y la rebaja salarial como necesidad.

LA TESIS PRINCIPAL DE ESTE ENSAYO

A fines de los años setenta y principios de los ochenta, varios libros analizaron la economía de la dictadura.6 La tesis principal que surge de estas lecturas es que la continuidad de la acumulación de capital en Uruguay, luego del prolongado estancamiento de la década de los 60, requería una rebaja sustantiva de los salarios reales. Y esto, dada la fortaleza de las organizaciones sindicales y el desarrollo político de las organizaciones populares, requería alterar las condiciones institucionales democráticas y generar una dictadura que, vía decreto, garantizara la rebaja salarial y, vía represión, la inactividad sindical y popular.

LAS BASES CONCEPTUALES DEL MODELO DE LA DICTADURA

Podemos –siguiendo a Jorge Notaro7– caracterizar tres momentos de la dictadura, todos ellos con un punto en común: la concentración de la riqueza a través de la caída del salario real y el apoyo al capital concentrado.

Un primer período hasta 1978, al que Notaro llama intervencionismo reestructurador debido al manejo de los instrumentos de política económica, pero con intervención para consolidar un reajuste estructural en los procesos de producción y distribución del ingreso, así como de los precios relativos de la economía.8

Una segunda etapa, a partir de noviembre de 1978 y hasta noviembre de 1982, que el autor define como liberalismo estabilizador, por el manejo más liberal de los instrumentos y la prioridad del objetivo de estabilización de precios.9

Y, finalmente, una crisis, en la que el objetivo es intervenir para garantizar la supervivencia del capital financiero y dar cierta protección al gran capital industrial y agropecuario, acompañada de una nueva rebaja salarial.

EL SALARIO REAL: LA CAÍDA DESEADA

El gráfico 2 es claro al mostrar el proceso permanente de rebaja salarial junto con el crecimiento de la economía, al menos hasta 1981. La fijación de salarios por decreto, la inexistencia de consejos de salarios y la muy dura represión desatada sobre sindicatos ilegalizados explican este resultado, objetivo central de la dictadura.

La base material sobre la que se asentó la economía política de la dictadura fue la de concentrar la riqueza en beneficio del gran capital.

LOS INSTRUMENTOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA

En paralelo, se pusieron en marcha medidas para aumentar las ganancias del capital.

Entre las medidas tendientes a aumentar los ingresos, destacamos la concesión de reintegros (subsidios) a las exportaciones no tradicionales, la aplicación de una política cambiaria de ajuste periódico con la inflación, que aumentó el valor de las exportaciones, y los acuerdos comerciales con Argentina (Convenio Argentino-Uruguayo de Cooperación Económica) y Brasil (Protocolo de Expansión Comercial) para garantizar los mercados.

Y, entre las medidas tendientes a reducir costos (además de la rebaja salarial), contamos la implementación del régimen de admisión temporaria para la importación de insumos de producción de exportación, el otorgamiento de financiamiento a tasas reales negativas (régimen de prefinanciación de exportaciones) y la eliminación de recargos y demás gravámenes a la introducción de bienes de capital. Además, entre 1974 y 1976 se decidió la total liberalización del sistema financiero, tanto en la entrada y la salida de capitales, la tenencia de moneda extranjera y la fijación de la tasa de interés.

También en 1974 se aprueba una muy liberal Ley de Inversiones Extranjeras, que promueve la radicación de inversiones extranjeras directas y asegura la remisión de utilidades y capitales al exterior. Y se da la casi total liberalización de precios que culmina con la liberalización de los precios del sector agropecuario (agosto de 1978) y la libre contratación de arrendamientos inmobiliarios (junio de 1979).

Finalmente, en noviembre de 1979, comenzó a regir una reforma tributaria. Por ella, se generaliza la aplicación del impuesto al valor agregado, se rebajan los aportes patronales a la seguridad social (en 1974 eran 32 por ciento y llegaron a 10 por ciento) y se derogan el impuesto a las actividades financieras y el impuesto único a la actividad bancaria, que gravaban la actividad financiera. Ello se suma a la eliminación, en 1974, del impuesto a la renta de las personas físicas.

Es claro, entonces, que la política económica de la dictadura, combinando lo salarial, lo fiscal, lo comercial, lo tributario y lo financiero, tuvo un objetivo de aumentar ganancias, concentrar capital y reducir salarios.

EL MONTO DE ESTA ENORME TRANSFERENCIA

Hasta 1981 no hubo estancamiento, sino crecimiento económico con caída salarial, lo que aumentó el plusvalor y generó enormes masas de ganancia que transitaron hacia el capital. El trabajo de Notaro10 realiza un cálculo del volumen de transferencias del trabajo al capital y el monto es del orden de 5.000 millones de dólares en 1981, similar al valor del PBI al fin de la dictadura y a la magnitud de la deuda externa del país en 1984.

PRIVATIZAR GANANCIAS Y SOCIALIZAR PÉRDIDAS

Este lema se muestra claro en su primera parte con la caída salarial, mientras la economía crecía. Ahora veremos la socialización de las pérdidas.11

A principios de 1982, el Citibank y el Bank of America le ofrecieron al Banco Central del Uruguay (BCU) la venta de una parte de su cartera; de lo contrario, pedirían a la Justicia la liquidación de los deudores en mora, con los efectos sobre las empresas que irían a la quiebra.

A esta propuesta, el BCU respondió: no tenemos plata. Y entonces los bancos le dijeron: no importa. Nuestras casas matrices te la prestan para comprar nuestra cartera vencida. Cómico si no fuera trágico.

El BCU compró las carteras de esas y de otras 21 instituciones financieras por un total de 588 millones de dólares. Los costos de la cartera incobrable de la banca privada se transfirieron hacia el Estado uruguayo, que contrajo una deuda para comprar una cartera que fue, en gran parte, incobrable.

Síntesis: la dictadura significó, en su economía política, la validación de un modelo de concentración de la riqueza.

  1. Danilo Astori, Tendencias recientes de la economía uruguaya. FCU, 1981. ↩︎
  2. Instituto de Economía (IECON), El proceso económico del Uruguay. FCU, 1969. ↩︎
  3. Sobre el concepto de modelo de protección necesaria. Ver IECON, óp. cit. ↩︎
  4. Nelson Noya, Política económica. 25 años de fracasos. Banda Oriental, 1985. ↩︎
  5. Daniel Olesker, Crecimiento y exclusión. Editorial Trilce, Montevideo, 2001. ↩︎
  6. Jorge Notaro, La política económica en el Uruguay 1968-1984. Banda Oriental, 1985; D. Astori, óp. cit.; D. Olesker, óp. cit.; Luis Macadar, Uruguay 1974-1980. ¿Un nuevo ensayo de reajuste económico?. Banda Oriental, 1982; Octavio Rodríguez, L. Macadar y Celia Barbato, La crisis uruguaya y el problema nacional. Banda Oriental, 1985. ↩︎
  7. J. Notaro, óp. cit. ↩︎
  8. J. Notaro, óp. cit. ↩︎
  9. J. Notaro, óp. cit. ↩︎
  10. J. Notaro, óp. cit. ↩︎
  11. Luis Stolovich et al., Compra de carteras: crisis del sistema bancario uruguayo. Banda Oriental, 1986. ↩︎

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