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La grieta

Si uno es sindicalista, militante ecologista, dirigente campesino o indígena y vive en América Latina tendrá muchas más posibilidades de morir asesinado que si vive en cualquier otra región del mundo. Pero de estos crímenes muy poco se habla, a pesar de que el goteo es constante y va en aumento.

Funeral de la activista indígena Berta Cáceres, asesinada en La Esperanza, a 200 quilómetros de Tegucigalpa, el 3 de marzo de 2016 / Foto: Afp, Orlando Sierra

Brasil, Guatemala, Colombia, Haití, Honduras son algunos de los países de esta región en que los cadáveres de dirigentes de organizaciones sociales o defensores de los derechos humanos se acumulan en un goteo constante que para muchos (¿la Oea acaso?) pasa desapercibido. El año pasado fueron asesinadas en el mundo más de 200 personas “que estaban defendiendo sus tierras, bosques y ríos contra industrias destructivas”, y de ese total el 61 por ciento corresponde a América Latina. El dato lo publica la asociación británica Global Witness en su último informe. Brasil, con 49 asesinatos, y Colombia, con 37, aparecen como los dos países donde “defender la tierra” (ese es precisamente el título del documento) y los bienes comunes resulta más mortífero. Honduras es incluido en la lista como el pa...

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