La meteorología y el Uruguay medroso - Semanario Brecha
Edición 1505 Suscriptores

La meteorología y el Uruguay medroso

En este país, las dificultades en predecir el caprichoso clima del Río de la Plata superan las de las encuestadoras en adelantar el resultado de las próximas elecciones.

Tormenta en Montevideo. Foto: AFP Mariana Suárez

La ciudad de Montevideo duerme a la intemperie, eso es algo que se aprende desde niño. También Buenos Aires, Nueva York o Tokio, pero acá el cielo está más próximo porque la ciudad es baja y abierta, y ningún conglomerado de edificios le ha borrado la condición de aldea frente al mar. Un fuerte junto a un puerto que se convirtió en aldea, una aldea que se convirtió en capital y todavía luce en las calles y avenidas la modestia melancólica de los pueblos que se templan al sol y se agrisan en la oscuridad. De los cuatro cuadrantes los vientos cruzan y se aceleran en las calles, las nieblas del mar vendan los edificios y rara vez la lluvia no moja por debajo, como si subiera de las alcantarillas.

Las inclemencias del cielo siempre fueron tema habitual de los vecinos en las ferias, las vere...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2001 Suscriptores
El abordaje de la denuncia contra Olmos y las controversias dentro del Frente Amplio

La conducta política

Edición 2001 Suscriptores
Tribunal del FA: todas las sanciones ratificadas fueron por violencia de género

Punto de inflexión

Edición 2001 Suscriptores
Alerta en Uruguay y en la región por el aumento de casos de dengue

Dar vuelta todo

Edición 2001 Suscriptores
LA ANP apelará el fallo que la obliga a entregar información sobre Terminal Cuenca del Plata

Bajo siete llaves

Edición 2001 Suscriptores
El FA busca regular el trabajo en las plataformas digitales

«Es una dinámica muy perversa»