Entre los diez terroristas más buscados por el Fbi –hombres con turbante, barba y nombre árabe– hay una mujer. Se llama Assata Shakur. El gobierno de Estados Unidos ofrece por ella 2 millones de dólares. En junio pasado Donald Trump le exigió a Cuba que entregara a la “asesina de policías”, como la llama. Antigua militante de los Panteras Negras y madrina del popular rapero Tupac Shakur, Assata vive en La Habana, a donde llegó hace más de treinta años tras su fuga de una cárcel de Nueva Jersey.
La futura Assata Shakur aprendió de su abuelo el sentido de la igualdad y la dignidad personal: “¿Quién es mejor que vos?”, le preguntaba. “Nadie”, respondía la pequeña JoAnne. El viejo le enseñaba como quien arenga a la tropa: no bajes la vista cuando respondas, no digas No, señor, Sí, señora. H...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate