Evocar la revolución cubana en un nuevo y redondo aniversario supone repasar algunos lugares comunes.
Pero traer a colación aquella época también implica recordar el inmenso desafío que supuso para la política exterior uruguaya, sobre todo durante el primer tramo de dicha experiencia –es decir, hasta 1964–, cuando, empujados regionalmente, rompimos relaciones con el gobierno caribeño. En varios sentidos y más allá de los diferentes contextos, por momentos puede trazarse cierto paralelismo entre aquel desafío de los sesenta y la actual Venezuela.
Es sabido que la revolución cubana de 1959, su posterior consolidación y el giro radical del proceso desde 1961 marcaron un punto de inflexión en la historia mundial y de América Latina. Desafiando su ubicación geográfica, su tamaño y la historia...
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