Damián Gularte, hijo del recordado, talentoso y malogrado Jorginho Gularte, y continuador de un apellido ilustre en el arte popular uruguayo, nació en 1983. Tras formarse en canto e instrumentos con diversos docentes, se radicó en Florianópolis, Brasil, entre los años 1996 y 2003.
Apenas regresado a nuestro país, produce junto a Gustavo “Mamut” Muñoz el recordado disco tributo a su padre, Regularte, que más allá de lo ingenioso y certero de su nombre reunía a una constelación de nombres esenciales en la música uruguaya, entre ellos Hugo Fattoruso, Jorge Drexler, Fernando Cabrera, Alberto “Mandrake” Wolf, No Te Va Gustar y, por cierto, el propio Damián Gularte.
En 2009 integra el espectáculo Lagunas y lagoas en la sala Zavala Muniz del teatro Solís, combinando talentos brasileños y uruguayos, una modalidad bastante en boga últimamente.
Al año siguiente edita su primer disco, Individuo rodeado, en el sello independiente Perro Andaluz. En 2011 interviene en el disco Hoy, de Sebastián Jantos, quien, dicho sea de paso, junto a Diego Janssen es uno de los pilares del nuevo disco de Damián.
En 2013 es invitado frecuentemente a participar en discos de artistas uruguayos. Interviene entonces en grabaciones de Luciana Mocchi, José Soba y Pedro Restuccia y se presenta en escenarios como librería La Lupa, bar El Hacha, Paullier y Guaná, bar Lobo y Centro Cultural Terminal Goes. En el presente 2014, sello Ayuí mediante, edita su segundo e interesantísimo disco, Manjar hembra.
Se trata de un trabajo despojado, de enorme –y se diría que también conmovedora– sencillez, donde no sobra nada, pero donde tampoco falta ningún componente esencial: buenas melodías, interesantes arreglos, textos plenos de seducción, y un canto de buscada economía de recursos, que sin embargo tiene una gran magia.
Hay, por supuesto, huellas de Jorginho, pero sobre todo un modo de componer, cantar y arreglar que demuestra lo mucho que Damián escuchó al inmenso Eduardo Mateo. También es notoria la influencia de otras vertientes, como los Beatles y el pop brasileño, fundamentalmente vía Djavan. Mezcla de influencias especialmente interesante y entretenida, que hace que el disco se escuche de punta a punta con particular placer.
Se destacan especialmente “Una espiral de hechos”, con su linda melodía y sus armonías claramente mateísticas, “Sinahí”, con mucho de samba, el candombe “Origen”, posiblemente el momento donde el fantasma de Jorginho aparece más nítidamente, la tenue balada “Campo minado”, “Mujer hembra”, otro momento de enorme mateísmo, “Distorsión”, un momento pop-rock particularmente inspirado y “Tantra”, con su leve hinduismo que haría las delicias del propio Mateo.
Damián Gularte sabe lo que escucha y sabe lo que hace. Sintetiza gloriosas influencias y logra un producto realmente original, equilibrado, controlado y elegante.
Quedamos desde ya a la espera de sus nuevos trabajos con indisimulable expectativa
Manjar hembra. Damián Gularte. Ayuí, 2014.