«Aquellos que tuvieron que morir en Auschwitz, otros los tendrán en su conciencia, pero no Otto Ambros.» IG Farben supo ser la firma química y farmacéutica más grande del mundo. En los años treinta, la empresa alemana fue una de las principales donantes de las campañas nazis y, tras el ascenso de Adolf Hitler, socias clave del Estado alemán. Sus ganancias se multiplicaron tras la confiscación de las empresas judías del Tercer Reich y gracias a la mano de obra esclava de los campos de concentración, mientras la empresa suministraba a los nazis el gas Zyklon B, usado en las cámaras del Holocausto. Tras los procesos de Núremberg contra las autoridades nazis, Estados Unidos llevó a juicio a la plana mayor de la firma, junto con los directivos de los grupos empresariales Flick y Krupp, por su p...
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