El mundo entero fue testigo del momento en que Donald Trump subió las escalinatas del Capitolio acompañado por su séquito para jurarle lealtad a su bandera y a una mayoría descontenta, desconfiada y hasta temerosa. Y no es de extrañarse que muchas miradas se hayan posado en el rostro de Melania, la ex modelo eslovena de 46 años que lleva unos 12 casada con el multimillonario.
Una imagen televisada –y reproducida infinidad de veces– la muestra sonriente bajo la atenta mirada de su marido. Cuando éste se da vuelta y le da la espalda, la cara de Melania se transforma y su sonrisa desaparece drásticamente, bajando la mirada hacia el suelo, angustiosa. Ese nítido gesto inmediatamente se volvió viral y convirtió a la primera dama en la protagonista de la campaña #FreeMelania (Liberen a Melania) en las redes sociales. Lo que empezó como un chiste se convirtió en el emblema de una causa masiva.
El meme #FreeMelania ha sido foco de discusiones y teorías. Algunos sostienen que no es más que una reproducción alterada de la realidad –según ellos el gesto habría sido al revés, lo cual no es cierto– y otros señalan que los claros desplantes de su marido en la toma de mando le habrían generado un inocultable malestar. Algunos más meticulosos buscaron en las grabaciones de la extensa ceremonia el momento exacto del suceso para darle contexto, muchos de ellos simplemente lo atribuyen a un instante de distensión en medio de un aburrido discurso cargado de solemnidad.
Ese gesto y esa mirada fueron suficientes para que programas de televisión, revistas y portales ocuparan horas de pantalla y de Internet comparando al matrimonio Trump con la aparentemente “perfecta” dupla Obama, recurriendo a expertos en lenguaje corporal, psicólogos y politólogos, entre una horda de especialistas en asuntos del corazón. ¿Es Melania una víctima que pide auxilio?
Así lo consideraron miles de mujeres que marcharon un día después de la asunción de Trump en la llamada Women’s March (Marcha de las Mujeres), una manifestación multitudinaria en apoyo a los derechos de las mujeres, los inmigrantes y las minorías. Allí varias hicieron de la “causa Melania” una bandera y salieron a manifestarse mostrando pancartas alusivas a la “pobre” primera dama, exigiendo su liberación. Lo cierto es que el pedido de rescate tampoco puede tomarse en serio, y no pareciera en rigor referirse a Melania y un sufrido matrimonio. El grito de liberación es mucho más amplio, es un grito de miedo e incertidumbre sobre el futuro en manos de aquella compacta, plástica, anaranjada, auténtica y poderosa manifestación de machismo llamada Donald Trump.