Cuando la televisión nacional todavía emitía sus programas en blanco y negro, Nidia Telles trasmitía mensajes comerciales en los tres canales privados, sugiriendo a los televidentes visitar una mediería u otros negocios cuyas ofertas se encargaba de justificar. Poca gente sabía entonces que la dicharachera avisadora acababa de egresar de la escuela de teatro de El Galpón, donde el mismísimo director Ugo Ulive le había recomendado que probara suerte en la pantalla chica. En esos mismos tiempos, Nidia emprendía el camino de la actuación en el Circular, de la mano de maestros como Jorge Curi y Omar Grasso. Era la época gloriosa de grandes títulos, como El jardín de los cerezos, Divinas palabras, Lorenzaccio y la gloriosa Esperando la carroza, en los que Nidia comenzó a brillar en la sala de R...
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