Sus nombres siempre aparecen ligados a millones de dólares. Para los futbolistas, muchas veces son los salvadores, pero están en la mira de dirigentes e hinchas por empobrecer el fútbol uruguayo. Se llaman intermediarios, empresarios o contratistas, términos que indican muy poco sobre su actividad, que, al parecer, prefieren mantener oculta. Sin embargo, hay cada vez más normativas que buscan limitarlos y amenazan con dar transparencia a sus negocios. “Si Tito no juega más al fútbol, ya no es una buena inversión para mí”, le dijo al padre del chico el empresario brasileño que prometía vender a la joven promesa al São Paulo, tras conocer el diagnóstico médico que aseguraba que no podría ser futbolista, a causa de una grave fractura. La escena de la película Mi Mundial, basada en el li...
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