Si como ha sido dicho, en Uruguay la pobreza tiene cara de niño, la vejez presenta el rostro de una mujer blanca de entre 65 y 85 años, viuda, habitante de la ciudad y retraída casi con exclusividad a las tareas domésticas de un hogar solitario.
La caricatura corresponde a las cifras que arroja una investigación emprendida en conjunto por varias instituciones1 acerca del envejecimiento en Uruguay, presentada ayer en la sede del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Los datos intentan un mapeo demográfico, económico y social en cuanto a la situación de las “personas mayores” en el país, con base en la información surgida en el último Censo Nacional de 2011: seis años después, lo cual admite una conjugación en pretérito.
En ese entonces eran 457 mil las personas que tenían más de 64 años:...
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