Diciembre de 1984, el movimiento vecinal que ha florecido durante el transcurso de la dictadura de Franco a la democracia de Felipe González está en plena decadencia. La tasa de paro juvenil asciende al 40 por ciento –en la actualidad se encuentra en 51,36– y apenas hay espacios para que la juventud se organice, se entretenga y dé satisfacción a sus inquietudes. Es más fácil encontrar un gramo de heroína, de esos que te elevan al cielo y te alejan de la realidad de un país que aún tiene la potestad para mandarte a la “mili” (el servicio militar), que un maldito espacio donde compartir y experimentar formas de vida colectivas.
Joni D tiene 16 años en 1984. Toca en un grupo de punk pero ni él ni sus colegas encuentran local de ensayo. De hecho, es prácticamente imposible encontrar un espacio...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate