Luna de enfrente - Semanario Brecha

Luna de enfrente

Pocas ofertas pero casi toda la oferta. Protestas en la jornada inaugural. Sellos independientes dando el toque de calidad en un conglomerado de grandes superficies. El último Galeano como libro estrella. Dos premios Nobel en programa. Los porteños están de feria.

Una muestra de fotos de los viajes de Borges con Kodama se exhibe en la Feria del Libr

Un cerco de alambre de púas separa dos stands en la Feria del Libro de Buenos Aires. De un lado, “Todo libro es político”, alianza de veinte editoriales indignadas. Del otro, el puesto de la embajada de Estados Unidos. La protección –de utilería– no la puso el gran hermano del Norte sino los editores antisistema. Es uno de los tantos guiños que se pueden encontrar hasta el 9 de mayo en los pabellones de La Rural. En la edición del año pasado hubo 1.200.000 visitantes en tres semanas. Como si todo Montevideo se turnara para recorrer un predio equivalente al Gran Parque Central. Cancha, tribunas y estacionamientos incluidos.

Este año se proyecta un número similar. Los espera una de las ferias del libro más grandes de Iberoamérica. Con largas filas para entrar durante los fines de semana y pasillos casi vacíos en las tardes de los días laborables. Con los países más escondidos que las provincias y con una ciudad española, Santiago de Compostela, como invitada especial. Con editoriales multinacionales ocupando el centro de los mejores pabellones, pero con los mejores títulos en los bordes, traídos de la mano de sellos independientes que se juntan en pequeñas moléculas de calidad. Con dos premios Nobel en el programa –J M Coetzee y Mario Vargas Llosa–, pero ninguno de los dos tan sorprendente como para cruzar el charco sólo por ellos.

JUEVES 21. La salida de madrugada se compensa con una enorme luna amarilla ocultándose en el Río de la Plata. Pese a que el costo de vida aumentó un 30 por ciento en el último trimestre, los porteños, los pocos porteños con los que un visitante puede interactuar, parecen haber amanecido felices. Lo que antes les alcanzaba para tres ahora es apenas suficiente para dos, pero la lluvia les ha dado un respiro y entre los edificios se cuela un poco de sol.

El primer impacto del primer pabellón puede decepcionar. Las provincias argentinas no se han esforzado demasiado. No se de-sanime y busque, a las espaldas de Entre Ríos, el sitio de la fundación El Libro. Tiene una excelente selección de editoriales especializadas en poesía.

Hoy el evento para “ver y ser visto” es la conferencia inaugural. Así lo sugiere la larga fila de espectadores vestidos para la ópera que espera que abran las puertas de la sala Jorge Luis Borges. La dará quien solía leerle cuando los ojos dejaron de auxiliarlo y quien ocupará, a partir de julio, el que fuera su puesto en el laberinto. Al inminente director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, se lo recibió con una manifestación pacífica en contra de los despidos en esa institución.

VIERNES 22. Se sabe que no va a durar, pero el día vino con sol y temperatura de primavera. “Macri despidió la ley antidespidos”, titula Página 12. Es la alegría recuperada del juego de palabras en un diario que seguramente se sentía atado en el corsé del oficialismo.

Adentro de la feria, Página 12 ofrece el remanente de las colecciones que colgaba en los quioscos. El más vendido es La vida ese paréntesis, de Mario Benedetti. Todo a 50 pesos argentinos. Es un lugar pequeño comparado con la enorme superficie que ocupan Clarín y La Nación, en un pabellón enteramente reservado para ellos, aunque hoy no lo están aprovechando para mucho más que para volver a poner en circulación los viejos fascículos. Eso sí, las mesas que instaló La Nación con espléndidas luminarias de acrílico –se las llamaría arañas de pie, si esa quimera fuese posible– son un buen lugar para sentarse a descansar, aunque se corra el riesgo de perder la conferencia que el sudafricano Coetzee dará esta noche. A un costado hay una pequeña muestra dedicada a Borges. Otra peligrosa distracción. Ediciones en japonés, ruso, hebreo e hindi hacen las delicias de los fanáticos de los caracteres no latinos. De los siete fanáticos de los caracteres no latinos. Seis, en realidad. Una de las señoras que parecía estar interesada sólo se ha auxiliado en la vitrina para buscar algo en su bolso.

—Por favor no se apoye en el vidrio –le dice una guardia de seguridad, comprensiva. A fin de cuentas, para qué otra cosa sirven esos cubos con libros viejos a los que nadie se acerca.

Al salir, la luna llena. Ya no rueda por Callao. Ahora se recorta por encima de un enorme inflable de Snoopy en el espacio que queda libre entre los pabellones principales.

SÁBADO 23. Regresó el otoño. Cielo encapotado y varios grados menos de temperatura. La fila para comprar la entrada para la feria da la vuelta a la manzana. Adentro hay que elegir muy bien cómo usar el tiempo.

¿Sólo tiene una tarde? Ponga el foco en tres destinos. Cubriendo casi por completo uno de los laterales del Pabellón Amarillo está el llamado “Nuevo barrio”, de 13 editoriales independientes. Ahí están, por ejemplo, la uruguaya Criatura, la mexicana Sexto Piso (con su catálogo de narradores serbios), la colombiana Rey Naranjo (con libros lujosamente ilustrados y novelas gráficas sobre Rulfo y García Márquez) y la editorial Vox, de Bahía Blanca, innovadora en sus formas de presentar la poesía.

El segundo destino recomendado, también en el Pabellón Amarillo, es el stand 1920. Un cubo con sus paredes delicadamente llevadas a madera natural aloja Siete Logos, reunión de las editoriales Eterna Cadencia, Adriana Hidalgo, Mar Dulce, Caja Negra, Katx, Entropía y Beatriz Viterbo. Miniferia dentro de la feria. Lo malo es que no podrá cumplir con todos sus impulsos sin entrar en bancarrota. Lo bueno es que casi todos esos sellos estarán en Montevideo en un nuevo emprendimiento de distribución, incluso con una vieja casona –se supo– como nueva librería.

Pero todo lo alternativo trae pisándole los talones algo más alternativo todavía. Es el caso de “Sólidos Platónicos”, en el Pabellón Verde. En el pequeño stand 727 hay ocho sellos que merecen generar una congestión de tráfico. Baste un ejemplo: Letranómada, con todo Gonçalo Tavares.

DOMINGO 24. Garúa. El Diario de la Feria no quiso quedar fuera de juego. “Superclásicos”, tituló. Debajo, las fotos de Cervantes y Shakespeare en equilibrio, como si fueran los D’Alessandro y Tévez de la literatura. Sin embargo no parece haber un solo lugar de los 45 mil metros cuadrados del predio ferial donde pueda verse el Boca-River que comienza a media tarde. Los visitantes conviven despreocupados con ese hecho, al igual que quienes atienden los stands. Ningún signo visible de abstinencia por el partido que no van a ver. ¿Efecto colateral de Fútbol para todos, que quitando la veda elimina lo pernicioso de la ley seca? ¿Señal de salud mental de una sociedad que tiene la mayor tasa de psicólogos por cada mil habitantes? ¿Dato del divorcio entre dos esferas de la cultura, a pesar de los puentes que tendieron utopistas como Osvaldo Soriano y Roberto Fontanarrosa?

El único futbolero que parece tener un puesto de honor en el predio es Eduardo Galeano. Una enorme fotografía del autor de El fútbol a sol y sombra identifica el stand de Siglo XXI. La editorial acaba de sacar la segunda edición de su libro póstumo, El cazador de historias. En todos los espacios de librerías, los títulos de Galeano están exhibidos de la manera más destacada posible. Pueden comprarse dos Vargas Llosa por cien pesos argentinos, pero habrá que juntar tres de esos billetes que ahora tienen a Evita para poder llevarse alguno de los libros de Galeano. Las listas de los más vendidos de abril las encabezó irremediablemente. Sólo varió una cosa: la última novela de Vargas Llosa ha estado tercera en alguna semana y en otra cuarta. Habrá que ver si su conferencia del viernes 6 de mayo le da un envión al Nobel peruano para alcanzar al escritor uruguayo.

Pregunto por el partido. Nadie lo ha visto pero todos conocen el resultado. River, con uno más, no pudo con Boca. No hay luna a la vista. n

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Detalles

La 42 Feria del Libro de Buenos Aires se extiende hasta el 9 de mayo. La Rural de Palermo (subte Plaza Italia) tiene ingresos por Santa Fe 4201, Sarmiento 2704 y Cerviño 4476. Abre de lunes a viernes de 14 a 22 horas, y los fines de semana de 13 a 22. Las entradas cuestan 50 pesos argentinos de lunes a jueves, y 70 los demás días. Por 100 se pueden comprar abonos para tres visitas (no necesariamente consecutivas).

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Poesía

Lo mejor del fin de semana fue una de las actividades paralelas de la feria: el XI Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires. El viernes próximo profundizaremos sobre el mismo, en cruce con el Mundial Poético de Montevideo. n

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Diálogo existencial

Del sábado 30 de abril al martes 3 de mayo, destacados escritores de la región debatirán asuntos tales como si es válido hablar de una literatura latinoamericana, el feminicidio, la escritura memorialística, las revistas literarias, la tensión entre literatura y dinero, el puente o muro entre poesía y narración, el lazo entre guerra y viaje a la hora de ser contados. Participan, entre otros, autores como Hugo Burel (Uruguay), Alan Pauls (Argentina), Alberto Fuguet (Chile), Laura Restrepo (Colombia) y Sergio Ramírez (Nicaragua).

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