Las represiones se han apilado en Argentina desde que llegó al poder el líder del Pro. El mediático encarcelamiento de Milagro Sala abrió la grieta entre sus defensores y detractores. Más allá de las rencillas –y del tufo conservador y reaccionario que su detención liberó en las redes sociales y un buen conjunto de medios–, lo preocupante de la acusación en su contra es el antecedente que genera. Milagro Sala es, es cierto, una reconocida “puntera” del aparato kirchnerista, y una nube negra oscurece la manera en que gestionó dineros públicos, pero su detención no tuvo nada que ver con eso. Sala fue encarcelada por ejercer el derecho a la protesta. En la jerga penal: “instigación a cometer delito” y “tumulto en la vía pública”. Pero hubo más. El último viernes de enero la murga Los Verdader...
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