El Uruguay democrático se ha caracterizado, entre otras cosas, por una particular proximidad entre la dirigencia política y la ciudadanía que puede resultar extraña en otras sociedades. Con seguridad, las actividades que la Mesa Coordinadora [de Organizaciones Juveniles Armenias] desarrolló en 1963 y 1964 llamaron la atención de los diferentes partidos políticos uruguayos, sobre todo si se tiene en cuenta que se celebrarían elecciones nacionales en 1966. La colectividad armenia de Uruguay, plenamente integrada a la sociedad uruguaya desde hacía años, constituía un grupo de interés en un año especial –1965–, ya que se conmemoraba el cincuentenario del genocidio armenio.
Los integrantes de la Mesa Coordinadora, afines a distintos partidos políticos uruguayos, desplegaron un trabajo de acercamiento y de búsqueda de apoyos para obtener el respaldo en la aprobación de una ley que recordara la tragedia que había vivido el pueblo armenio. Todos los grupos políticos con representación parlamentaria aceptaron con agrado esta propuesta, a excepción del PCU [Partido Comunista del Uruguay]. El diputado Rodney Arismendi manifestó que sobre esta iniciativa se debería consultar a los compañeros del Partido Comunista de Turquía para conocer su opinión al respecto.1 Fue el senador Enrique Rodríguez quien finalmente allanó el camino para que también el PCU diera su apoyo.2
Se logró entonces que la totalidad de los sectores políticos uruguayos con representación parlamentaria apoyara la propuesta. De todas formas, el compromiso de los diferentes grupos parlamentarios no fue similar. La iniciativa la impulsó la Lista 99, sector progresista dentro del Partido Colorado. […] Según Coriún Aharonián, la exposición de motivos fue redactada por Enrique Martínez Moreno, quien encabezaba las firmas de la iniciativa presentada. […] Si bien el texto del proyecto de ley no mencionaba ni la palabra genocidio ni a su autor material, el gobierno turco-otomano, encontramos en la exposición de motivos reiteradas referencias a ambos conceptos.[…] Consultado el profesor Oscar Sarlo,3 […] la ausencia en el texto de ambas menciones no obsta para considerar que existió un reconocimiento tácito del genocidio por parte del gobierno uruguayo, si tenemos en cuenta la exposición de motivos –donde sí aparecen mencionados– y las discusiones que se dieron a nivel parlamentario durante el tratamiento de la referida ley.
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El 6 de abril de 1965 la Cámara de Representantes abordó el tratamiento del proyecto de ley presentado en enero de ese año. Al inicio de la discusión pidió la palabra el diputado Enrique Erro (Unión Popular). Se refirió a la universalidad del drama que le había tocado vivir al pueblo armenio y propuso agregarle a la ley un artículo por el cual se denominase Armenia a la Escuela Pública 156 de Segundo Grado. [A su turno,] Arismendi propuso una interpretación diferente al sentido de la aprobación de la ley, en la que nos detendremos. Invocando figuras de la Armenia soviética que en ese entonces destacaban tanto en la URSS [Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas] como internacionalmente, desarrolló un pensamiento con acento en la omisión de sus colegas: existía una Armenia soviética donde el pueblo armenio reconstruía su presente a partir de los sufrimientos vividos en el pasado. Además, se refirió al pueblo armenio como nación, no como raza. Sus palabras fueron de homenaje al heroísmo y a las tradiciones históricas del pueblo armenio y de repudio a la destrucción sembrada por los ejércitos turcos. Luego profundizó en lo que «el pueblo armenio está construyendo en una parte de la tierra: la República de Armenia, que integra, como se sabe, la URRS». ¿Por qué ninguno de sus colegas se refirió a ese hecho, que, en definitiva, era una realidad incontestable? Este enfoque expresó una concepción totalmente diferente de la temática en cuestión en la discusión en la Cámara de Diputados, que también es necesario interpretar en el marco de la Guerra Fría. Lo mismo sucedió en la Cámara de Senadores, [en la que] el primero en solicitar la palabra fue el senador Eduardo Víctor Haedo (Herrerismo, Partido Nacional).
Haedo, un referente político de la época, señaló que unas 15 mil personas integraban la población de «raza armenia» [sic] en nuestro país, y agregó que los armenios deUruguay rendían culto especial a su raza llamados por el sacrificio y el estoicismo. Esta exposición es ilustrativa del pensamiento que inspiraba al senador. Para interpretarla, es necesario considerar su trayectoria política y sus afinidades ideológicas.
Cuando Haedo invocaba a la raza armenia y la amalgama entre la sangre semítica4 del pueblo armenio y la sangre indígeno-latina, estaba siendo coherente con una forma de percibir los orígenes étnicos de los diferentes pueblos del mundo, en este caso particular del pueblo armenio que había desembarcado en estas latitudes. […] Al igual que en los planteos vertidos en la Cámara de Representantes, subyace en esta exposición la idea de pueblo mártir y de martirologio, símbolo del humanismo cristiano del cual era portador el pueblo armenio. […] Es interesante reflexionar sobre la ausencia de una visión geopolítica que pudiese explicar el genocidio, así como la ausencia de una mención a la Armenia soviética.
El concepto de raza para referirse al pueblo armenio implicaba un constructo identificador de un vosotros que por sus características de pueblo trabajador, abnegado y mártir se había integrado a un nosotros que era el pueblo uruguayo, para diferenciarlo de un ellos simbolizado en la barbarie del Imperio turco-otomano.
LA DISOLUCIÓN
El proceso de la Mesa Coordinadora de Organizaciones Juveniles Armenias del Uruguay, que fue en realidad un proyecto político, se dio en un marco de tensiones y contradicciones que respondían a los diferentes horizontes de los cuales provenían los principales actores juveniles, así como a conflictos intergeneracionales. Estas contradicciones pudieron ser superadas dada la «sintonía» que existía entre quienes, si bien a nivel comunitario respondían a diferentes sectores, en el plano de la política nacional uruguaya tenían una afinidad que no se correspondía con las mentalidades de las instituciones a las cuales representaban. Ello condujo a un desacuerdo que desembocó en la ausencia de apoyo político a la Mesa Coordinadora por parte de la mayoría de las instituciones de la colectividad armenia, lo que condujo a su disolución en mayo de 1966. Se cerró así un período de la historia de la colectividad armenia del Uruguay que dejó como saldo uno de los hechos de mayor trascendencia en la vida comunitaria, que trascendió fronteras y que no ha perdido vigencia a lo largo de los años.
- Rodney Arismendi fue consultado por los representantes del Instituto Cultural Ereván en la Mesa Coordinadora. Información proporcionada por Sergio Markarian. ↩︎
- Entrevistas realizadas a Garabed Arakelian, Sergio Markarian y Elizabeth Aharonian. ↩︎
- Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, doctor en Diplomacia; catedrático de Filosofía y Teoría del Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República y académico de número de la Academia Nacional de Letras del Uruguay.
↩︎ - Se trata de un error del senador, pues el pueblo armenio es de origen indoeuropeo. ↩︎