Se acerca fin de año, y con él, la auténtica fiesta del teatro nacional: el tole tole de los Florencio. Empieza en las nominaciones: aparecen, por un lado, los nominados, que (en la mayoría de los casos) se felicitan y son felicitados, y los que no dicen nada, y ni van a los premios. Por otro lado, las quejas, con más o menos reflexión: porque tal artista u obra pasaron desapercibidos, por la legitimidad del jurado para premiar, porque los que se están quejando después, si los nominan, van emocionadísimos a recibir el premio y agradecerle a la Actu (Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay), esa misma que antes criticaban.
Siempre hay alguna cosita nueva contra la que despotricar. Este año es que se cobra entrada y sale más de lo que gana un artista en una función (o en una temporada)....
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