Se necesita tiempo para medir el impacto de la explosión de denuncias de violencia machista en las redes sociales(véase «La impunidad y su freno», Brecha, 28-VIII-20). Nadie sabe con certeza qué traerá para la vida de las personas implicadas y para la sociedad toda, más allá de ciertos movimientos que ya se concretaron por parte de organizaciones e instituciones vinculadas a las acusaciones. La posibilidad menos alentadora es que, tras esas reacciones casi inmediatas, el estado de alerta social se diluya con el tiempo y la impunidad vuelva a reinar. Podría suceder, también, que la forma en que ellas1 alzaron la voz para denunciar –cuestionada y debatida, también en la interna del movimiento de mujeres– detone, o acelere, ciertos procesos latentes.
Hace pocos años el psicólogo y sexólogo Ru...
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