A propósito del bicentenario de Wagner
En 1942 Jacques Barzun lanzó un prestigioso libro sobre tres personalidades capitales de la cultura decimonónica: Darwin, Marx, Wagner. No pasarían muchos años para que esa trinidad empezara a sonar despareja en detrimento de Wagner, y no porque se le considere menos buen músico, sino porque un aporte musical, por mejor que sea, no se puede comparar con el peso de la teoría de la evolución o del marxismo. Sin embargo, esa jerarquización de Wagner se sentía pertinente en tiempos de Barzun y, medio siglo antes, la desproporción podría haber caído hacia el otro lado: Darwin y Marx no eran dignos de figurar al lado del insigne artista.
El impacto de Wagner es difícil de imaginar: superó al de Beethoven y no fue igualado ni siquiera por los Beatles. La p...
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