—Yo creo que Podemos ha captado muchas de las energías y las críticas del 15 M, y ha utilizado a veces estructuras más relacionadas con el anarquismo, como la democracia directa y el asamblearismo. Yo veo el gran problema de Podemos en que, efectivamente, ha expuesto las críticas sobre la política actual y ahora está dentro del mismo sistema político de antes. No sé qué va a aportar Podemos, sinceramente. Ahora está con Izquierda Unida (IU), y estamos hablando de una política bastante gastada. Si no recuerdo mal, en algún momento los de Podemos consideraban a IU como una parte de la “casta” política. Para mí en el primer momento fue refrescante esa crítica a la casta y su corrupción, pero ahora me parece que Podemos ha llegado a tener un pacto con una parte de la casta, o lo que era la casta de antes. Y, sinceramente, no creo que Podemos ofrezca gran cosa nueva. Hay muchos elementos dentro de Podemos, así que es difícil generalizar, pero me parece que se está convirtiendo en otro partido político.
—¿En las confluencias ve las mismas dinámicas?
—Sí, más o menos. Creo que depende de lo que consideres “la política”. Ocupar una plaza es otra forma de hacer política, es una política más bien callejera, es una política que está fuera de las instituciones, pero es todavía política.
—En el siglo XXI parece que el punto de choque no va a ser el Estado, y que la política se deslocaliza hacia la empresa.
—Hay una cultura política más general en el Estado español que encaja con el anarquismo si tenemos una visión larga, por ejemplo, desde el siglo XIX hasta ahora. Los españoles siempre han tenido un fuerte rechazo a los políticos, por motivos obvios. La cuestión es si los anarquistas serán capaces de moverse para aprovechar una crisis que tiene muchas facetas. Hasta ahora los teóricos, los estrategas de Podemos, han sido mucho más hábiles en captar las energías del 15 M, pero no hay ningún motivo que impida que los anarquistas puedan organizarse para captar esas mismas energías de rechazo a la política actual. Yo creo que un gran problema que tiene el anarquismo son sus divisiones. También hay que ver si Podemos se convierte en un partido político más. Me parece, cada vez más, que es un movimiento muy burocratizado.
- Autor, entre otros, de los libros La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto 1898-1937 (Alianza Editorial, 2005), España fragmentada. Historia cultural y guerra civil española (Comares, 2010, volumen colectivo), y Vivir la anarquía, vivir la utopía. José Peirats y la historia del anarcosindicalismo español (Alianza, 2015). La nota apareció en Público.es.