—Ha hablado de «políticas afectivas» que gobiernan nuestra educación sentimental, se ha preguntado por el deseo y ha afirmado que están determinados por el género y el sexo. ¿De qué dependen nuestros deseos?
—Primero recordar que los deseos no son la expresión de nuestra verdad última ni algo que es del orden de lo espontáneo. Tenemos un montón de teorías que han contribuido a pensar el carácter producido del deseo: el psicoanálisis, el marxismo, la propia teoría feminista. Lo que han mostrado es cómo hay una educación en torno al deseo, una legitimidad de determinados deseos que son útiles para construir el mundo tal y como está, y también una patologización, una estigmatización e incluso una persecución de otras maneras de desear.
Respecto al otro punto, diría que no todos somos mujeres ...
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