Elbio Rodríguez y Daniel Reta estuvieron presentes en la asunción de Cardoso como ministro de Turismo. No solo eso. Integraron el selecto grupo de familiares, amigos y allegados que, después del final de la ceremonia, continuó con los festejos en su despacho, y ambos tuvieron un rol relevante en esos primeros meses de gestión. Sin embargo, el exministro dijo desconocer aspectos fundamentales sobre las tareas que desempeñaron dentro del Ministerio de Turismo (Mintur).
Cardoso compareció el pasado 3 de agosto ante la fiscalía en el marco de la investigación sobre presuntas irregularidades en su gestión al frente del ministerio. En esa instancia, se le preguntó sobre la operativa de contratación de publicidad oficial en esa secretaría de Estado. Pero también sobre aspectos concretos de la denuncia: la ampliación de la contratación por 1 millón de dólares a Netcom (Satenil SA),1 la contratación de la empresa estonia Kirma Services para gestión de publicidad digital y el intento de compra del hotel Serena. En su comparecencia, el exministro se plegó a su estrategia defensiva: distanciarse lo más posible de las gestiones que llevaron a cabo sus amigos y colaboradores.
Buena parte del extenso interrogatorio se centró en Kirma. De acuerdo a la indagatoria, la empresa fue incorporada al plan de medios del Mintur a solicitud de Reta y de Rodríguez. «El comentario fue: “Nosotros vamos a incluir esta propuesta”. ¿Quiénes son nosotros? Para mí, ellos, son el Mintur», expresó el director de la agencia Young & Rubicam, Álvaro Moré, en fiscalía. Incluso, contó que fue Cardoso quien, en su despacho, le presentó a Rodríguez como un amigo que lo iba a ayudar en varios temas: «Me dice que si un día no lo encontraba a él, podía hablar con Elbio, que era una persona de su confianza».
En efecto, el exministro aseguró en fiscalía que Rodríguez «es un amigo de la vida», que estuvo a su lado durante la asunción. Dos semanas después, tras la declaración de la emergencia nacional sanitaria por covid-19, se gestó el vínculo entre su amigo empresario y el Mintur. Entre el 13 y el 15 de marzo de 2020, Rodríguez se contactó con él y le dijo que estaba dispuesto a «echarle una mano», porque con la llegada del virus cobraría relevancia toda la temática de la publicidad digital, un área que conocía bastante.
Desde entonces Rodríguez se reunió asiduamente con Cardoso y, a partir de mayo, con el director nacional de Turismo, Martín Pérez Banchero –quien denunció las eventuales irregularidades en la gestión ministerial–. En ese período, Rodríguez «fue muchas veces» al ministerio. «Yo lo vi en el Mintur en varias oportunidades; en el sentido técnico, él no era un asesor, él no era mi asesor porque no estaba contratado ni revestía ninguna calidad funcional dentro del ministerio», dijo Cardoso, según la declaración a la que accedió Brecha. Su asesoramiento honorario y presuntamente desinteresado se extendió durante cuatro meses. Tiempo suficiente para acceder a las claves del Google Drive utilizado por el Mintur, que contenía toda la información de marketing de la secretaría de Estado.
En este contexto, Cardoso afirmó que la contratación de las empresas de publicidad digital (Mediamath, Cisneros Interactive y Kirma) se hizo con un sobrante de dinero por la no participación en eventos y ferias internacionales, suspendidas por la pandemia, y que cuando firmó la adjudicación, ya había pasado por todos los filtros ministeriales: «Yo no sabía qué era Kirma ni qué era Mediamath ni qué era Cisneros [Facebook]», se excusó.
Tampoco sabía, según dijo, que la oferta de Kirma había llegado a través de Rodríguez, su amigo que lo asesoraba en la temática digital: «Nunca me lo comunicó. […] Cuando esto toma estado público, yo le pregunto. Y él me pone en conocimiento que la había acercado, que era una herramienta con la cual él ya había trabajado en su labor particular. Que no me había comentado nada para no incomodarme, para no comprometerme».
Al declarar en fiscalía, Rodríguez afirmó que conoció a los representantes de Kirma durante una feria internacional en Londres, y que allí estableció un vínculo comercial con ellos. Su objetivo al presentar la propuesta –alegó– era acercarse al publicista Álvaro Moré para intentar transformarse en proveedor de Young & Rubicam, una las principales agencias publicitarias del país. Y aseguró que nunca informó de su gestión a su amigo, el ministro, para no comprometerlo. Cardoso también dijo desconocer que Reta pidió incluir a Kirma en el plan de medios, pero que eso se debió a una orden que él había impartido: «Con Reta habíamos hablado que todo lo que llegara al Mintur tenía que ir a la agencia […]. Era lo habitual; no me informaban todas las propuestas que llegaban». De esa forma, Cardoso pretendió desmarcarse de las gestiones de sus dos colaboradores.
De acuerdo a sus palabras, la única intervención que tuvo en el expediente de Kirma –además de firmar la adjudicación– fue cuando se planteó la imposibilidad de pago por tratarse de una empresa con sede en Estonia. «Yo me preocupé por eso […] y pedí que fuese a Jurídica», declaró. También dijo que se comunicó con el Banco República para saber cuál era el problema, y que se le informó que no eran cuestiones de lavado o de cuentas sospechosas. La contratación de Kirma Services por 280 mil dólares no llegó a ejecutarse. Ese es uno de los argumentos esgrimidos por la defensa del exjerarca para solicitar el archivo de la indagatoria.
Sin embargo, la comparecencia de Cardoso arrojó otros elementos. El exjerarca aseguró ante la fiscalía que desconocía que su asesor Reta y su amigo Rodríguez eran socios en Galiza SA, la empresa que intentó adjudicarse el hotel Serena, que es propiedad del ministerio. Agregó que la relación con ambos era independiente una de la otra, aunque sabía que tenían un vínculo a través del International College de Punta del Este.
A su vez, Cardoso intentó minimizar la intervención de Reta en la ampliación de la adjudicación a Netcom por 1 millón de dólares. Esa adjudicación fue autorizada por Reta en un diálogo verbal con la agencia de publicidad. El exministro colorado dijo desconocer si eso fue así, y aseveró que la firma de la factura por parte de Reta no significa que su asesor haya definido la adjudicación o la compra del servicio «porque él no lo podía hacer». «Si el conformó o puso una firma de más, fue de buena fe, para darles celeridad a algunos expedientes. Estoy convencido de eso», apuntó Cardoso, esta vez, intentando escudar a su asesor.
1. Esta contratación es objeto de un litigio civil entre Netcom y el Mintur.