Le decían el “Italiano” porque hablaba español con ese acento cuando iba con gorra de béisbol sobre los ojos y pantalones deportivos por la rambla costera buscando víctimas para su pedofilia, pero es polaco. Se llama Józef Wesołowski y era el nuncio apostólico en Santo Domingo hasta que una filmación televisada de él así vestido, tomando cerveza en la rambla con muchachos, hecha por la periodista Nuria Piera, hizo sonar las alarmas.
El nuncio cambió de método para procurarse víctimas. Se las hacía buscar por el diácono de la iglesia El Ceibo, Francisco Javier Occis Reyes, y entre otros lugares abusaba de ellas –ironías– en el interior vacío de un monumento a una figura religiosa local. La noticia periodística –que no la investigación eclesiástica– puso en marcha a la policía, el 24 de junio lo detuvieron y el diácono tocayo del papa le escribió una carta al nuncio llamándolo a arrepentirse de su depravación sexual el 2 de julio de 2013.
Una copia de la carta se la mandó al cardenal de la catedral católica más antigua de América, Nicolás de Jesús López Rodríguez, y otra (¿por qué otra?) al obispo Gregorio Nicanor Peña Rodríguez. El cardenal viajó a Roma con la evidencia y se la presentó al papa Francisco, y aquí comienza otra historia.
El nuncio pederasta fue llamado con reserva a Roma el 21 de agosto de 2013. Seis días después el arzobispo llamaría en público a Józef Wesołowski “un gran amigo y promotor de la paz”. Mientras, en Roma comenzaba su juicio canónico ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, que, informó el Vaticano este 27 de junio, lo terminó desacralizando como hombre de la Iglesia. Un obispo dominicano manifestó su extrañeza por verlo caminar por la calle durante este tiempo. Ahora tiene dos meses para apelar, que están cumpliéndose, y luego lo espera un juicio (aún sin fecha) ante el Estado Vaticano, que puede condenarlo a hasta 12 años de cárcel.
La otra historia es que el papa Francisco se entrevistó con víctimas, llamó al delito “un crimen horrendo” y anunció que la Iglesia Apostólica Romana entraba en una era de tolerancia cero. “No hay privilegios”, dijo. Pero los hay.
Tres años antes de su asunción se estableció como regla del Vaticano (publicada en Vatican Information Service el 12 de abril de 2010) que “siempre se debe acatar el deber de denuncia ante la ley civil”, pero las voces de los estamentos jurídicos y legislativos dominicanos se levantan hoy en vano reclamando juzgarlo por la legislación dominicana. El Vaticano le permitió al nuncio pederasta escabullirse del país y así ampararse en la Convención de Viena, que impide pedir su extradición al Estado católico, como se preocupa una y otra vez de señalar el fiscal general dominicano.
El caso de Wesołowski , consagrado cura por el luego papa Juan Pablo II, y nuncio apostólico por el papa Benedicto, es el que hasta ahora toca la esfera más alta de la Iglesia, pero no es una cuestión de grados sino de justicia y de preocupación desde la institución; las señales que da no son claramente todas en ese sentido. Desde el Comité por los Derechos del Niño de la onu se señalaron en febrero “varias preocupaciones con respecto a la Santa Sede, entre ellas el abuso sexual de (un estimado de) 10 mil niños en el mundo”.
En marzo el papa Francisco adhirió, junto a otros líderes religiosos, a una campaña contra todas las formas de esclavitud humana, incluyendo la prostitución infantil. Este mes mandó un mensaje a Argentina auspiciando la apertura de un refugio para jóvenes víctimas de la explotación sexual. Pero la página de la historia de la Iglesia que dice querer dar vuelta sigue abierta.