Aunque el ahorro individual en manos de las Afap alcanza la cuarta parte del producto bruto interno y su rentabilización se considera adecuada, desde ángulos muy distintos se le señalan problemas distintos, al tiempo que un mecanismo de capitalización vigente en Suecia parece ganar adeptos.
“El experimento de la privatización ha fracasado”, se lee en “La reversión de la
privatización de las pensiones”, un documento de trabajo preparado por el
equipo asesor en seguridad social de la Oity presentado hace menos de dos meses en la capital mexicana.1
En
la página 30 un cuadro sintetiza el hecho aludido. Nicaragua –donde el intento
del año pasado de subir las tasas de los aportes jubilatorios fue la chispa de
la revuelta– había reestatizado su sistema previsional en 2005, después de
priva...
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