¿Qué tienen para decirnos los intelectuales del pasado? ¿Sus ideas siguen teniendo vigencia? Mario Vargas Llosa y Carlos Pacheco, cada uno por su lado, se han hecho, recientemente, este tipo de preguntas.
No hay dudas de que, por distintas razones, algunos intelectuales se han visto relegados del debate público y de las bibliografías, mientras que otros han sido expuestos y sobredimensionados. Ese procedimiento les ha jugado tal vez una mala pasada, que consiste en volver panfleto algunas de sus ideas hasta vaciarlas de contenido.
Ser un intelectual olvidado o ser uno distorsionado tiene más o menos los mismos efectos: las verdaderas ideas postuladas son desconocidas.
El impulso que une los dos libros de los que trata esta nota son similares: hacer conocer autores que nos hagan pensar. Mar...
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