—¿Cuáles son sus prioridades en estos primeros meses de gestión?
—Estamos preparando para marzo un encuentro sobre evaluación, información y planificación estratégica en la Udelar. Tengo un equipo trabajando en una propuesta que presentaré en breve, proponiendo la estructura básica de esa instancia con miras a crear un organismo destinado a la planificación universitaria y también para definir cuáles deberían ser los criterios básicos a considerar en un plan estratégico de la institución. No basta con decir que es hacia 2030. Hay que definir cosas como los mecanismos de evaluación de ese plan mientras se pone en marcha. La Udelar no puede seguir sin un organismo planificador y evaluador de sus políticas. Las universidades en el mundo se organizan de esa manera.
—¿Qué diferencia hay con los planes estratégicos de desarrollo diseñados en el rectorado de Rafael Guarga?
—Ese sería el antecedente más claro de lo que proponemos. Pero el Pledur siempre estuvo pensando en términos presupuestales. Esto es a más largo plazo. Sería una mezcla de ese antecedente y de algunas cosas que se hicieron luego orientadas más al largo plazo.
Personalmente creo que debemos pensar la Udelar a futuro considerando el nuevo escenario que tenemos, en dos aspectos: uno interno, que fue la expansión en el Interior, y otro externo, que es la existencia de un sistema terciario público que está creciendo y que es más que la Udelar. El sistema político está apoyando la ampliación de la oferta educativa terciaria. Creó la Utec, que está arrancando, pero también se está pensando una institución para la formación docente. Ese panorama obliga a repensar el lugar de la Udelar. No podemos seguir pensando la educación superior como si esta institución fuera la única. Me ha costado hacer entender esto. La Udelar va a disminuir su peso en el total del sistema, y a mí me parece bien que sea así. Hay que planificarnos considerando a los otros, y ver cómo sumar. A partir de esto he postergado la resolución de lo que en mi plataforma definí como la creación de un pro rectorado del Interior, porque pienso ahora en una figura un poco más amplia y vinculada a la expansión y la planificación, lo que incluye el Interior pero no sólo.
—¿Un pro rectorado en planificación y evaluación universitaria?
—No me animo a decir más. Yo querría una universidad del país –dejar de hablar del Interior por un lado y de Montevideo por el otro–, con los mismos profesores, la misma calidad en la enseñanza y las mismas pautas de evaluación.
—Usted elaboró unas pautas para la solicitud presupuestal 2015-2019 que establecen dos lineamientos generales: “Llegar a 2019 con una inversión pública en educación de al menos 6 por ciento del Pbi” y “coordinar con el resto del sistema nacional de enseñanza pública, en particular el terciario”. Como lineamientos específicos pide atender los programas que no fueron financiados en 2010, priorizar la reestructura de las carreras y el incremento salarial de los funcionarios docentes y no docentes, fortalecer las becas de grado y posgrado, construir hogares estudiantiles y refuncionalizar la planta física del Clínicas.
—Sí, en ese borrador propuse recoger y actualizar la solicitud de 2010. ¿Por qué tenemos tantos problemas con los cargos de dedicación total o con la ampliación de la carga horaria de los docentes? Porque no nos dieron la plata que necesitábamos, y la expansión se hace difícil. ¿Por qué hay tantos problemas con el Clínicas? Por la misma razón. De lo que pedimos en 2010, el gobierno nos apoyó sólo en el Interior y el plan de obras, por eso ahora el pedido va a priorizar los programas que no fueron financiados o recibieron muy poco. Este martes el Cdc aprobó por unanimidad una resolución al respecto, recogiendo los aportes de la comisión programática presupuestal. Creemos que para consolidar la expansión en el Interior se requiere la construcción de residencias estudiantiles en coordinación con las intendencias, la Anep y la Utec. Tengo pensado asistir al Congreso de Intendentes este mes. Tenemos que hacer cálculos. Recordemos que Uruguay ya se planteó este tipo de apuestas: el propio edificio de la Facultad de Ciencias fue pensado originariamente como hogar estudiantil. También tenemos como prioridad la refuncionalización de la planta física del Clínicas y asegurar para el hospital universitario fuentes de financiamiento del componente asistencial del Sistema Nacional Integrado de Salud.
—Usted ha dicho que con la Utec no es necesario que la Udelar siga desarrollando ciertas modalidades educativas de perfil técnico, corta duración y que atienden demandas concretas. ¿Cómo piensa avanzar en esa complementación?
—Hace unas semanas fui a entregar títulos de tecnólogo agroenergético en Bella Unión. Está claro que esa fue una revolución en Bella Unión. Pero fue una revolución para la cual el año pasado no tuvimos inscriptos, por lo que este año no abrimos la carrera. Ese tipo de modalidades educativas son atípicas en un sistema universitario clásico. ¿Una carrera que no tenga ningún inscripto? No tiene sentido. Creo que la Udelar hizo bien en crear ese tecnólogo con la Utu. Ahora debe haber una institución que se dedique a hacer esas cosas, a abrir carreras cortas, respondiendo a demandas puntuales, que no debe ser la Udelar. Tenemos que apoyar esas iniciativas, pero no es una obligación nuestra abrir ese tipo de carreras. La Universidad no puede tener una carrera de abogacía que sea así, porque hace al sistema jurídico del país. Las carreras universitarias tienen que ser de largo aliento, no pueden ser destellos. En el caso de los tecnólogos está prevista la transferencia a la Utec, pero tenemos que pensar en otros casos… Tuve una muy buena reunión con Pablo Chilibroste y Rodolfo Silveira, de la Utec. Discutimos el proceso de transferencia de carreras, que es algo complejo, y hablamos de equiparar los salarios, porque ellos están haciendo llamados donde ofrecen remuneraciones un poco superiores a las nuestras. De cara a la elaboración presupuestal, quedamos en establecer que, a igual función, sueldos equivalentes.
—En uno de los llamados docentes de la Utec pedían título de veterinario, diez años de experiencia de trabajo en un tambo, tener un vehículo propio, entre otros aspectos. Para ese tipo de perfiles, donde se quiere profesionales con inserción en el sector productivo, y donde se piden contrapartidas, ¿no es comprensible que el sueldo prevea incentivos? La propia Udelar creó cargos en el Interior con alta dedicación y facilidades que no ofrece en Montevideo.
—En este caso que mencionás (y en muchos otros de la Utec) está claro que se justifica eso. Que tiene que haber salarios diferentes cuando se pidan requisitos puntuales, especiales, me parece evidente.
—Usted planteaba la idea de presentar programas presupuestales comunes con la Utec y con la Anep…
—Eso lo vamos a analizar en la Comisión Coordinadora del Sistema Nacional de Educación Pública. Estamos viendo las dificultades formales que surgen. Pensamos, por ejemplo, presentar entre los tres y con las intendencias la construcción de hogares estudiantiles. Es difícil, no hay casi antecedentes, pero tendremos que inventar. Mi insistencia en la ley de coordinación tiene que ver con esto.
—Esa ley es una prioridad de su rectorado.
—Sí, voy a poner cabeza en eso después de marzo. No ahora. Me gustaría que esa norma incluyera la posibilidad de coordinar programas presupuestales conjuntos, facilitar la interfaz entre un ente y otro, y un nivel y otro, que hoy es difícil y donde la experiencia de las comisiones que han trabajado en eso no es buena. También facilitar el pasaje tanto de los estudiantes como de los docentes de una institución a otra. Tener docentes compartidos y también locales comunes. Tener líneas verticales por disciplinas, de modo de que haya una coherencia en lo que se le enseña a la gente.
—Un tema que preocupa a la oposición y al gobierno es la creación de un organismo de regulación y acreditación de la calidad de la enseñanza terciaria, que hoy tiene un marco legal y una institucionalidad débiles. El primer gobierno del FA presentó sin suerte un proyecto de agencia, la Apacet. Hoy circula otro que crea el Instituto Nacional de Acreditación y Evaluación de la Educación Terciaria. Las universidades privadas se han quejado porque la Udelar reivindica una suerte de tutelaje, con prerrogativas especiales en el momento de habilitar la creación de nuevas carreras privadas. ¿Qué opina al respecto?
—Que haya un organismo que genere conocimiento objetivo de lo que hacen las instituciones de enseñanza superior estoy de acuerdo. Que la Udelar es la mayor institución terciaria también me parece que es así. Una cosa es que diga que es necesario que haya más instituciones terciarias, y otra negar el papel inmenso que tiene la Udelar en la vida nacional. Yo no sé cuántos años pasarán para que la Udelar deje de ser la principal institución de educación superior del país. Por lo tanto, que la institución con mayor capacidad de elaboración, con mayor estudiantado, con mayores equipos docentes de calidad, tenga… la palabra “tutelaje” no me gusta, pero sí una incidencia más importante que el resto me parece razonable. ¿Cómo se tiene que hacer eso? No opino aún. Cuando tenga que ver el tema lo haré.
—Usted presentó sus candidatos a los pro rectorados de enseñanza, investigación y extensión. ¿Cómo resumiría la orientación que espera tengan esas funciones?
—En investigación es donde tengo menos novedades para plantear, porque las grandes líneas de trabajo están bien. Las diferencias que tengo son menores y salvables. En enseñanza corresponde ver en qué medida los criterios incluidos en la nueva ordenanza de grado se están aplicando bien. Son criterios muy genéricos, que permiten hacer unas y otras cosas de distintas manera, y habría que ver qué se está haciendo en cada servicio. En extensión es necesario ampliar los objetivos del área. Creo que hoy se ha concentrado la gestión en ciertas líneas de trabajo, en apoyar a organizaciones sociales y dedicarse a los sectores menos favorecidos de la sociedad, cosa que me parece muy bien, pero esa unidad debería ocuparse también de otros aspectos del relacionamiento con el medio. El concepto debe ser más amplio. Es necesario darle coherencia al trabajo de esa unidad de extensión, que es muy grande, y pensar en una redistribución y un incremento de las funciones (véase recuadro). En gestión es más complicado. Hay que repensar en grande la gestión. Se ha avanzado mucho en la tecnificación, pero lentamente. Tenemos todos los problemas del Interior, que son importantes. El pro rector va a tener que abocarse seriamente a eso.
[notice]Mujica, la Utu y los juicios antiuniversitarios
“Hay algunos rasgos de la personalidad y forma de expresarse de Mujica de los que no opino. Hay gente que me compara, en mi estilo, con él, no sé… Voy a hablar más bien de sus gestiones y opiniones específicas. Que la inversión estatal en educación e investigación creció en este gobierno y el anterior es innegable. Segundo, tengo una gran coincidencia con sus opiniones sobre el sistema educativo terciario, cómo debería ser y hacia dónde debería avanzar. Su idea de fortalecer la Utu y generar un sistema terciario no universitario la comparto enteramente. Y así que haya instancias que ofrezcan formaciones técnicas en todas las ramas. Que la Universidad fuera tan dominante influyó negativamente en ese proceso. También que la población siga con ‘mi hijo el doctor’, y querer que todo el mundo haga una carrera de largo aliento. En eso Mujica dijo que perdió, me lo dijo con todas las letras: ‘Perdí dentro de mi partido’. Luego, cuando se le escapan juicios antintelectuales, antiuniversitarias, no estoy de acuerdo. No se puede negar la importancia que la formación superior tiene en el desarrollo del país y en la consolidación del conocimiento humano. A la vez romper cierto elitismo que tiene el ambiente académico me parece sano… No puede ser que haya quienes quieran vivir aislados de la sociedad. Que una persona lo prefiera, no me parece mal, pero las instituciones no pueden tener esa orientación. Una cosa es mantener la calidad y otra aislarse de los problemas nacionales.”
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Los convocados por Markarian
El rector presentó los nombres de tres de los cuatro pro rectores que espera lo acompañen en su gestión los próximos cuatro años (la decisión final es del Cdc). Los convocados son: el médico forense Hugo Rodríguez Almada para el pro rectorado de extensión, la doctora en química Cecilia Fernández Granja para investigación, y el docente de matemática Fernando Peláez Bruno para enseñanza. Falta el de gestión, que ya se anuncia difícil: “Sin duda es el más problemático. Es un cargo muy administrativo, que exige capacidad de gestión y un perfil conciliador –por los conflictos que debe administrar–, y la ordenanza exige un docente grado 4 o 5, lo que cierra opciones. Lo voy a buscar a Minnesota”, bromeó Markarian, quien la semana pasada viajó a Estados Unidos para asistir a un evento.
Rodríguez Almada, de 55 años, integra la Cátedra de Medicina Legal y dirige la unidad de bioética en la Facultad de Medicina. Entre 1996 y 2008 trabajó como médico forense en el Poder Judicial. Ha realizado diversas actividades de extensión: ha asesorado al Instituto Nacional de Derechos Humanos y al Poder Judicial en investigaciones en casos de derechos humanos, y al Ministerio de Salud en cuestiones éticas y médico-legales. También ha participado en ateneos de temas de interés general y escrito en la prensa sobre distintas problemáticas vinculadas a su especialidad. Asimismo, en varias oportunidades fue vicepresidente del Sindicato Médico. A partir de su experiencia como perito forense publicó este año el libro Crónicas de un forense. Historias de personas.
Peláez, de 56 años, es profesor grado 5 de matemática en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración, con una larga trayectoria también en la Anep como docente en educación media y en formación docente. Tiene formación en didáctica y desde 2011 ejerce como coordinador del proyecto Estímulo a la Cultura Científica y Tecnológica de la Anep y el Pedeciba, que busca contribuir a estimular la comprensión y apropiación del conocimiento científico-tecnológico y enriquecer la formación permanente de los docentes de todo el sistema educativo. En las facultades de Ciencias, Ingeniería, Ciencias Económicas y también en la Anep ha trabajado en el diseño curricular de cursos y en actividades de apoyo a los docentes.
Asimismo desde 1996 investiga la historia del rock uruguayo. Ha editado, entre otros, De las cuevas al Solís, tomos 1 y 2, Rock que me hiciste mal (en coautoría con Gabriel Peveroni) y Biografía de Ruben Rada, éste en 2013. Desde 2009 es responsable del curso de historia del rock en la Escuela Universitaria de Música.
También de 56 años, Fernández se desempeña como profesora agregada en la Cátedra de Inmunología del Departamento de Biociencias de la Facultad de Química. Tiene un doctorado en la Universidad de Cambridge y es investigadora nivel II en el Sistema Nacional de Investigadores. Su trabajo se ha enfocado en la comprensión del fenómeno de la adaptación parasitaria del Ecinococus granulosus, un agente de zoonosis cosmopolita, altamente prevalente en nuestra región. En los últimos cinco años fue delegada docente en la Comisión Sectorial de Investigación Científica.
El rector también eligió a los cuatro asistentes académicos que integrarán su equipo, de los cuales uno estará abocado a apuntalar el fortalecimiento edilicio y el ingreso del Hospital de Clínicas al Sistema Integrado de Salud.
Se trata del médico internista Álvaro Danza, de 37 años, quien se desempeña como delegado docente en el consejo de su facultad y ha integrado el comité ejecutivo del Sindicato Médico.
Alejandro Landoni se ocupará de la comunicación tanto interna como hacia la sociedad de lo que hace la Udelar. Este es un aspecto sensible para el rector, como lo ha sido para su antecesor. Según contó a Brecha, no tendrá un blog propio, como tenía Arocena, y si bien continuará publicando la Gaceta universitaria, ésta “será menos ‘oficialista’. Su objetivo será el de informar en profundidad lo que hace la institución en su conjunto”.
Responsable de comunicación de la Fundación Julio Ricaldoni de la Facultad de Ingeniería, Landoni es el editor de la revista científica Enlaces, y dirigió el programa televisivo Producción nacional, uno de los esfuerzos más sostenidos de divulgación de temas tecnológicos vinculados al sector productivo.
Los otros dos asistentes son: Gonzalo Belcredi, estudiante de ingeniería con experiencia en el cogobierno tanto de su facultad como en el claustro general y el Cdc; y la abogada especializada en derecho administrativo público Silvia Canedo, quien fue asistente del decano de Humanidades, Álvaro Rico, ex rival de Markarian en la elección rectoral.
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Extensión en revisión
El 21 de octubre el Cdc tenía como primer punto para discutir la reorganización de la unidad académica Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio (Cseam), un asunto que Markarian heredó de su antecesor. No se trata de cualquier tema, sino del que generó gran tensión durante la elección del rector, dado que la extensión fue por un lado un área que logró crecer y expandirse en el rectorado de Rodrigo Arocena, y por otro el aspecto más cuestionado por Markarian de lo realizado en los últimos ocho años.
Ese martes algunos consejeros pidieron aprobar la propuesta de reestructura de la Cseam que figuraba en el orden del día, argumentando que era un tema pendiente, que se venía tratando desde hace tiempo, que incluso algunos colectivos ya tenían una postura a favor de la misma (como la Feuu) y que esa reorganización es necesaria para mejorar la eficiencia del servicio. Tal la postura de los consejeros estudiantiles, del decano de Bellas Artes y del decano de Humanidades y ex candidato a rector por el arocenismo, Álvaro Rico. Otros consejeros, pidieron postergar el tema hasta que se redefina el concepto de extensión y se problematice la forma como se han volcados los esfuerzos presupuestales y humanos en esa área. Esta segunda posición iba en línea con la plasmada por el rector en un documento elaborado para esa instancia. Con estas posiciones enfrentadas, la sesión se vivió en gran tensión, al punto que una consejera del orden de egresados fue agredida verbal y físicamente a la salida del Cdc, según denunció ese colectivo, lo que llevó al consejo el martes pasado a resolver la apertura de una investigación administrativa.1
Crítico con la Cseam. En su documento, Markarian afirma que en extensión existen “tendencias excesivamente centralizadoras, académicamente aislacionistas y conceptualmente restrictivas del desarrollo de esta actividad”.
Sostiene que no existe una definición consensuada en la interna de la Udelar sobre qué abarca la extensión, pero considera que la mirada que ha reinado en estos años se ha restringido a determinado tipo de actividades y de atención a algunas poblaciones. De ahí su insistencia en ampliar la mirada y reconocer como parte de lo que se hace en extensión muchas actividades que la Cseam incluso no incluye en sus informes.
Asimismo cuestiona el “engorde” que ha tenido la Cseam, afirmando que “definitivamente no se trata de que estructuras centrales tengan como su función principal la práctica de la extensión, del mismo modo que la Csic no tiene por cometido central investigar (…). Al igual que para enseñanza e investigación, debemos insertar las actividades de extensión y los cuadros docentes en el seno de los espacios en que se realizan todas las dimensiones de las actividades universitarias”, que para él son las facultades o institutos, y no las oficinas centrales.
Y agrega: “Parece razonable y deseable que el grueso de los recursos, incluyendo los humanos, esté descentralizado, destinándose a planificar, ejecutar y evaluar in situ esta tarea docente. Ello no obsta la necesidad de la existencia de un compacto, eficiente y comprometido casco central dedicado a la gestión macro y la coordinación general”.
Postergado el asunto en el Cdc, el rector afirmó a Brecha que “la nueva organización del área deberá ser propuesta por el nuevo pro rector en conjunto con la comisión sectorial”.
1. El orden de egresados explicó en una carta que en la sesión del 21 de octubre, luego de haber sido tratado el tema de la extensión, la consejera de ese orden Alejandra Veroslavsky salió de sala un momento y entonces fue agredida “verbal y físicamente por una de las personas que se encontraban en el pasillo y que había presenciado previamente la sesión del consejo. El agresor la increpó por la posición sostenida durante el tratamiento del punto”. En su intervención, Veroslavsky cuestionó la cantidad de cargos docentes en la Cseam y su alta carga horaria, y los comparó con la baja carga horaria o incluso la inexistencia de cargos vinculados a las actividades de extensión en varias facultades.
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