La primera vez que leí a Carolina Silva Rodé (Montevideo, 1995) fue en la antología En el camino de los perros (Estuario, 2018), que reunió a 26 escritoras y escritores uruguayos menores de 23 años. Cada muestra iba acompañada por una reseña crítica, que en el caso de nuestra autora correspondió a Manuel Barrios y llevó por título «Los juegos del hambre: poética y ciencia ficción en la poesía de Carolina Silva Rodé». Barrios vio en esa poesía un conjunto de gestos «escritos en otra lengua» que, según él, la autora intentaba traducir «con sus ojos preterrestres». Alertaba, asimismo, sobre la tentación «de reducir estos gestos a una poética de corte alienígena».Sus comentarios abren la puerta a la lectura de Buenas noticias, un conjunto de poemas concebidos en extraordinaria convivencia, que...
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