«Póngase El Galpón en el pecho»… Aquellos papelitos con un corazón dibujado se ofrecían por un peso en la plaza Libertad de Montevideo. Mínimas donaciones alegres.
Sería 1969 o 1970.
Yo cumplía 20 años. Mis primeras cercanías al teatro habían sido en el Solís: vi Giordano Bruno y Noche de reyes y a Marcel Marceau desde el paraíso.
Pero El Galpón… ¡El Galpón en verdad se instalaba en el pecho!
Allí escuché por primera vez a Ruben Rada, en Malcolm X. No aparecía en escena, detrás del incendio provocado por el Ku Klux Klan su voz ululaba entre llamas de ficción.
Dos personas empezaron a pelear, justo detrás de nuestras butacas. Subieron la voz, se pusieron en pie insultándose. El teatro entero giró hacia ellas… Sonó un balazo y Malcolm X, cuando nadie miraba el escenario, cayó muerto, igual q...
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