Un poblado no-lugar - Semanario Brecha
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Un poblado no-lugar

Cortejadas por los próceres del populismo punitivo, y sospechosas para quienes intentan resistirlo, las organizaciones de las víctimas de los delitos violentos han sobrevivido a las etiquetas y contribuido sustancialmente a crear un nuevo marco a su condición. La puesta en marcha del nuevo Código del Proceso Penal parece cerrar la etapa, pero la categoría –tal vez esencialmente inquietante– no hace más que proponer nuevas preguntas.

Violencia por Ombú.

“Apropiarse del dolor de las víctimas del delito es una de las claves de manual del político populista punitivo en América Latina y probablemente en todo el mundo”, disparó el abogado Martín Fernández, integrante del Ielsur con un largo trayecto en la defensa de otras víctimas, las del terrorismo de Estado y las de los aparatos coercitivos de la institucionalidad democrática.
Sin embargo no se trataría de una apropiación consecuente: “La clase política disputa la personería de las víctimas, pero esto no se plasma en hechos concretos. Si uno busca qué había en el Ministerio del Interior para las víctimas antes de los gobiernos del Frente Amplio, no va a encontrar nada”, argumentó Fernández.
Claro que uno podría preguntarse si sería de este mundo la fuerza política opositora que desdeñara...

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