Nada decía sobre la Copa de Honor Cousenier, que tenía un régimen de disputa muy similar al de la Tie Competition. La razón de tal omisión parece clara: River Plate argentino nunca la ganó. Sí la ganó el uruguayo River Plate FC (que ya no existe), el Curcc (juzgue usted si existe o no), Wanderers, Peñarol y Nacional.
UN POCO DE HISTORIA NO MUERDE. Que en un fútbol, como el nuestro, que basa su identidad en hazañas que tuvieron lugar en la primera mitad del siglo XX, haya gente que desprecie todo cuanto haya ocurrido antes de 1960 resulta –cuando menos– llamativo. Lo cierto es que antes de 1960 se organizaban campeonatos internacionales, y lo cierto es que Nacional, Peñarol y Wanderers ganaron unos cuantos.
Nacional ganó más campeonatos internacionales que Peñarol, porque hasta 1957 tuvo una marcada superioridad estadística sobre los carboneros (con y sin Curcc). Tenía más campeonatos locales, más clásicos ganados, etcétera. Por eso no debería sorprender que haya ganado 12 torneos oficiales contra cinco de los mirasoles (Curcc incluido) y cuatro de Wanderers.
A partir de 1958 esa tendencia se revirtió y Peñarol comenzó a ganar terreno, coincidiendo con la aparición de las copas que –nos guste o no asumirlo– todos queremos ganar: la Libertadores y la Intercontinental, devenida hoy en Mundial de Clubes. Si bien ambos ganaron la misma cantidad de torneos organizados o coorganizados por la Conmebol desde 1960 y hasta 1989 (nueve cada uno), Peñarol ganó dos Libertadores más que los albos, y eso lo hace el indiscutible líder de la sección de siglo que va de 1960 a 1988.
El problema es que ya estamos en 2015.
POSIBLES SOLUCIONES. Del mismo modo que hasta que la pregunta no se incluya en los censos seguiremos sin saber cuántos hinchas tiene cada club, esta discusión sobre la aceptación o no de todo cuanto ocurrió antes de 1960 resulta interminable. En las últimas horas la Conmebol emitió una nota en la que reafirma que entre las competencias que considera oficiales no incluye a las antiguas, y los hinchas carboneros ganaron las redes burlándose de sus pares albos, que aprovechan la fragilidad institucional del organismo rector del fútbol continental para reivindicar su glorioso pasado.
Se nos ocurren tres caminos posibles para resolver este entuerto:
1. Intercambio de rehenes
Tras un pacto de ribetes similares al del Club Naval, a celebrarse en la sede de Tenfield (que será conocido desde entonces como el Pacto de la Calle Divina Comedia), los presidentes de ambos clubes emitirán un comunicado conjunto en el que, oficialmente, declararán que:
• Peñarol es la continuación legítima del Curcc, por cuanto es más viejo que Nacional.
• Nacional es el decano de la Auf, porque se afilió en 1901 y nunca se desafilió.
• Albion es más viejo que ambos.
• Nacional es el campeón de la primera mitad del siglo, Peñarol es el campeón de la segunda mitad.
• Peñarol tendrá 47 campeonatos uruguayos (al sumar los cinco ganados por el Curcc), Nacional mantiene sus 45.
• Nacional tendrá sus 21 títulos internacionales, contra los 14 de su tradicional adversario.
• Los dos hace 27 años que no ganan ningún campeonato serio.
2. Jugarlo al mejor de dos partidos
Sería una reedición de la Copa de Oro de los Grandes, pero con gente en las tribunas: partidos de ida y vuelta, a jugarse en Jacksonville y la Quinta de la Paraguaya, con precios exorbitantes (casi tanto como los fijados por Cerro). El que gane será el decano, el más ganador, el campeón del siglo, el de la bandera más grande, el que tiene más aguante, el que la tiene más grande, el que no se come ninguna, y el que nunca abandona. El que pierde clasifica a la Copa Sudamericana de 2016.
3. Que alguno gane algo en el siglo XXI
Esta variante es, con holgura, la que resultaría más efectiva a la hora de terminar con los intercambios dialécticos que tienen por objeto resaltar la historia propia en pos de desacreditar la historia ajena. Los hinchas del equipo rival se verían obligados a llamarse a silencio hasta tanto no obtener un logro semejante.
Es por eso que los hinchas de Nacional deberían comenzar a juntar bronce para hacerle un monumento a Neymar, única explicación para que Peñarol no se haya quedado con la Copa Libertadores de 2011. La empresa constructora del imponente estadio carbonero también debería agradecerle al afrodescendiente de ojos claros: con la sexta Libertadores, Damiani no hubiera necesitado levantar un estadio para asegurar su lugar en la historia carbonera, pues el “Yo seis, ¿y vos?” habría inaugurado la noción de “trending topic eterno” en nuestro país.
Mientras la discusión discurre, Forlán afirma que falta policía en las calles y los hinchas de Nacional que hasta ayer puteaban al Nacho González hoy lo llaman “el Messi que no vomita”, y nuestros clubes siguen compitiendo en la Copa Su-damericana, hasta que ya no quede ninguno o se produzca el milagro.