El 20 de julio, en el llamado eje Suruc-Kobani, ciudades fronterizas del lado turco y sirio respectivamente, las dos pobladas mayoritariamente por kurdos, un atentado suicida mató a alrededor de 30 personas e hirió a más de cien. El ataque, reivindicado por el Estado Islámico (ei), fue realizado del lado turco, mientras tenía lugar una conferencia de prensa de la Federación de Asociaciones Juveniles Socialistas en la que estaban presentes unas 300 personas. Los jóvenes se estaban preparando para cruzar la frontera y participar en la reconstrucción de Kobani, una ciudad símbolo de la resistencia de los kurdos al Estado Islámico. Entre las tareas que se proponían figuraba la construcción de una guardería y un jardín de infantes. En la propia Kobani un atentado con coche bomba fue evitado in extremis por las Unidades de Defensa del Pueblo (Ypg) y las Unidades de Defensa de las Mujeres (Ypj). Quince días antes, entre el 26 y el 28 de junio, alrededor de 80 militantes del Estado Islámico camuflados con uniformes de las milicias kurdas lograron entrar en Kobani tarde en la noche y masacraron a más de 200 personas en sus casas. “Ambos atentados tienen un mismo origen: territorio de Turquía. Un mismo ejecutor: integrantes de las bandas autoproclamadas Estado Islámico. Un mismo planificador: los servicios de inteligencia y el Estado turco”, afirmaron en un comunicado las milicias kurdas. El objetivo, agregan, también es el mismo: “evitar que la solidaridad internacional se haga efectiva, evitar que la prensa registre la destrucción de Kobani y la liberación que llevaron a cabo las milicias Ypg e Ypj, y, en fin, arruinar por todos los medios posibles la victoria sobre el Estado Islámico y las ofensivas que las milicias kurdas han realizado liberando Girê Spî (Tel Abyad) unificando el cantón de Kobani con el de Cezîre (Jazira), y las actuales ofensivas sobre Jarablus y fundamentalmente contra Al Raqqa, que amenazan con aniquilar el centro operativo, logístico, militar y de influencia del EI en toda Siria”.
A fines de junio, en los días en que el EI llevó a cabo sus ataques, estaba reunido en Estrasburgo, Francia, el Parlamento Europeo, para examinar ayudas para la reconstrucción de Kobani. En los últimos meses, los kurdos, apoyados ocasionalmente por la aviación de la coalición internacional que combate al EI, lograron retomar a los yihadistas entre 4.000 y 5.000 quilómetros cuadrados de territorio en Siria, incluida la propia Kobani, que recuperaron en enero. La particularidad de los kurdos es que deben combatir contra varios enemigos a la vez: no sólo contra el EI, sino también contra tropas turcas, que los han bombardeado, y son mirados con recelo por Estados Unidos y sus aliados, debido a la organización de tipo comunitaria y socialista que se han dado (véase Brecha, 22-X-14).