Arte andrógino: estilo versus moda en un siglo corto - Semanario Brecha

Arte andrógino: estilo versus moda en un siglo corto


2 noviembre, 2023
- Tiempo de lectura: 1 min

$ 350,00

Autor: Roberto Echavarren

Páginas: 170

ISBN: 9974-642-03-5

Fecha de publicación: 1996

Descripción

La igualación de derechos entre los géneros (terreno ganado a lo masculino por la mujer), el debilitamiento del dogma y la moral religiosos, entre otros aspectos, permiten «nuevas aventuras de la androginia», afirma Echavarren.

Desde ese desplazamiento el autor revisa conceptos como el de Fetiche, radicado por Marx y retomado por Freud, para resituarse en una perspectiva de erotismo primordial que «rebasa un límite, no anatómico, sino cultural y práctico, y permite gozar de varios modos».

Asistimos así a la disolución conjunta del homosexual como patología del hombre, y del hombre como canon: superhembras, supermachos, mutantes y andróginos lo exponen alternativamente.

Echavarren refuta la mirada sujeta a la moda de Lipovetski que no advierte al estilo como una práctica autónoma. Investiga los fenómenos musicales (desde el rock de los cincuenta hasta el grunge de los noventa) avizorando zonas de imagen y comportamiento que el propio Baudrillard dejara a un lado en América. Parte de la observación directa de lo que denomina «guerras de estilo» -alteraciones que afectan en consenso de las costumbres- cuyo importe crítico, léase político, no puede soslayarse. Aquí la noción de identidad explota en un no concepto«cualquier identidad está hecha de juegos e idiosincrasias, pero no es íntegra ni permanente»; por tanto se borran las etiquetas que mutilan el poder pluridireccional de lo erótico.

Ampliando la noción de arete a cualquier expresividad del cuerpo, el autor recala al fin en una biblioteca personal donde explora lo que considera textos proféticos en torno a la andoginia. El diablo enamorado, de Cazotte, Serafita de Balzac, Contranatura, de Huysmans, El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald,  y las obras de Onetti, Manuel Puig, Sarduy y César Aira, son su referente.

Si este ensayo parte de la hipótesis de que «no hay límite par los saltos del estilo», redunda a su vez en provocar, con un salto cualitativo, la reflexión estética y ética acerca de actitudes y comportamientos que ya desbordan sobre el siglo que viene.

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