«La mejor forma de conocerme es escuchar mis canciones», le dijo Georges Brassens al periodista español Ramón Chao, en ocasión de que el padre del músico Manu Chao lo entrevistara para el libro que se editó en la recordada colección Los Juglares, de Ediciones Júcar. Es que Brassens, quien el 22 de octubre hubiera cumplido un siglo de vida, solía ser irreverente con las instituciones y sus representantes, y burlarse de la sociedad de una manera muy particular.
En sus canciones, con su sello y su creatividad, su ironía y su sarcasmo, mostraba su impronta contestataria, muchas veces relatando hechos insólitos. Por ejemplo, la historia de un hombre que detestaba el buen tiempo porque a su más dulce amor, una vecina, la había conocido un día de tormenta en el que estaba sola y llegó a su casa b...
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