Joaquín forma parte de un grupo de personas con consumo problemático de drogas a quienes apoya el programa Aleros, de la Junta Nacional de Drogas.1 Fue el primero en llegar a la cita con el semanario en la plaza de deportes de La Teja y era el más joven de la barra. Es mayor de edad. Su rostro de niño engaña.
«Por confianza», respondió cuando Brecha le preguntó por qué quiso tener un revólver, o para decirlo en sus términos: «Un 44 largo».
«No tengo estadísticas, pero que esta sociedad está armada hasta los dientes no te quepa duda», había dicho la fiscal Mirta Morales a los colegas de El Observador en una entrevista publicada el lunes. «Yo te diría que uno de cada tres o de cada cuatro botijas del barrio anda calzado», comentó al semanario un docente de Santa Catalina. «Cuando vos o yo no...
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