«La frecuencia, prevalencia y gravedad de los delitos sexuales y de género perpetrados en todo el territorio palestino ocupado lleva a la comisión a concluir que Israel utiliza cada vez más la violencia sexual y de género como método de guerra para desestabilizar, dominar, oprimir y destruir al pueblo palestino. La comisión documentó un patrón de violencia sexual, incluidos casos de violación y otras formas de violencia sexual, tortura y otros actos inhumanos que constituyen crímenes de guerra y de lesa humanidad.»
Comisión Internacional Independiente de Investigación,
Consejo de Derechos Humanos de la ONU
Cinco días antes de que Israel rompiera unilateralmente el alto el fuego acordado en enero con Hamás y lanzara toda su maquinaria de muerte sobre Gaza, la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre las Violaciones al Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Jerusalén Este e Israel1 (en adelante, la Comisión) presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU su último informe, titulado «Más de lo que un ser humano puede soportar: el uso sistemático de la violencia sexual, reproductiva y otras formas de violencia de género por Israel desde octubre de 2023».2
El informe documenta una amplia gama de violencia sexual perpetrada contra mujeres, hombres, niñas y niños palestinos desde el 7 de octubre de 2023, así como «actos genocidas», como la destrucción sistemática de instalaciones de atención a la salud sexual y reproductiva.
«Las pruebas recogidas por la Comisión revelan un deplorable aumento de la violencia sexual y de género», declaró a la prensa durante la presentación del informe Navi Pillay, presidenta de la Comisión. «Solo se puede concluir que Israel ha empleado la violencia sexual y de género contra el pueblo palestino para aterrorizarlo y perpetuar un sistema de opresión que socava su derecho a la autodeterminación.»
La presentación del informe el 13 de marzo fue precedida de dos días de audiencias públicas celebradas en Ginebra los días 11 y 12. En ellas la Comisión escuchó a víctimas y testigos de violencia sexual y reproductiva, y a personal médico que les prestó asistencia, así como a representantes de la sociedad civil, abogadas y expertas en salud.
Si bien su enfoque principal fue Gaza, la Comisión concluyó que la violencia sexual y de género –que ha aumentado en frecuencia y gravedad desde octubre de 2023– se está perpetrando en todo el territorio palestino ocupado como estrategia de guerra de Israel para dominar y destruir al pueblo palestino.
Formas específicas de violencia sexual y de género –como desnudez forzada en público, acoso sexual, amenazas de violación y agresiones sexuales, violaciones y violencia contra los genitales– forman parte de los procedimientos operativos habituales cometidos por las fuerzas de seguridad israelíes bajo órdenes explícitas o estímulo implícito de los altos mandos civiles y militares. La Comisión afirma que la impunidad de los perpetradores ante estos crímenes hace a los dirigentes civiles y militares tan responsables como los autores directos.
El informe también documentó que los delitos sexuales y de género cometidos en Cisjordania por colonos israelíes con el objetivo de infundir miedo a las comunidades palestinas y expulsarlas de sus tierras se dan en el mismo clima de impunidad. «En este contexto, es fundamental la rendición de cuentas a través de la Corte Penal Internacional y de los tribunales nacionales –usando su derecho interno o la jurisdicción universal– para que se respete el Estado de derecho y se haga justicia a las víctimas», afirmó Pillay.
La Comisión constató que, además de destruir sistemáticamente las instalaciones de atención a la salud sexual y reproductiva en toda Gaza, el bloqueo impuesto por Israel a la entrada de ayuda humanitaria ha impedido el suministro de medicación y material necesarios para garantizar embarazos, partos, cuidados posparto y neonatales seguros. En consecuencia, mujeres y niñas han muerto por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto. Estos actos equivalen al crimen de lesa humanidad de exterminio y «violan los derechos reproductivos y la autonomía de mujeres y niñas, así como su derecho a la vida, a la salud, a fundar una familia, a la dignidad humana, a la integridad física y mental, a no sufrir tortura ni otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, y a la autodeterminación y el principio de no discriminación».
El informe señala también que la aniquilación parcial de la capacidad reproductiva de la población palestina corresponde a dos categorías de actos de genocidio en el Estatuto de Roma y la Convención sobre el Genocidio: la imposición deliberada de condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción física del grupo y la imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos.
«Los ataques directos contra maternidades y la principal clínica de fertilidad in vitro de Gaza, combinados con el uso del hambre como método de guerra, han afectado todos los aspectos de la reproducción», declaró Pillay. «Estas violaciones no solo han causado graves daños y sufrimientos físicos y mentales inmediatos a mujeres y niñas, sino impactos irreversibles a largo plazo en la salud mental y las perspectivas reproductivas y de fertilidad del pueblo palestino como grupo.» La imposibilidad de amamantar debido a la desnutrición, la falta de agua potable, la anemia y el estrés que sufren las mujeres ha provocado –junto con la falta de abrigo y de techo– la muerte de muchos bebés recién nacidos, lo cual también se encuadra en los actos genocidas.
Además, la Comisión constató una proporción cada vez mayor de víctimas mortales femeninas en Gaza.3 La estrategia israelí de bombardear intencionalmente edificios residenciales e instalaciones civiles (escuelas, refugios, hospitales) usando explosivos de gran potencia en zonas densamente pobladas tiene un mayor impacto en las mujeres, la niñez y las familias de Gaza, que en esta guerra han sido asesinadas en sus hogares en un número sin precedentes. También documentó casos en los que mujeres y niñas de todas las edades, incluyendo embarazadas y parturientas, fueron blanco de las bombas; estos actos constituyen el delito de lesa humanidad de asesinato y el crimen de guerra de homicidio intencional.
GUERRA CONTRA LAS MUJERES
«Esta es una guerra contra las mujeres. Miles de mujeres han sido asesinadas y cientos de miles sobreviven en condiciones extremadamente precarias. El número de mujeres y niñas que han muerto por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto sigue siendo desconocido.»
Obstetra en Gaza
De los testimonios de víctimas, familiares y personal de instituciones de salud locales o internacionales que han visitado o trabajado en hospitales de Gaza, la Comisión sistematizó datos devastadores.
Como principales cuidadoras, las mujeres han sufrido daños específicos de género resultantes de los múltiples desplazamientos, la muerte de sus hijos e hijas, la separación de las familias y el cuidado de familiares enfermos y heridos. La discriminación estructural preexistente también ha exacerbado los comportamientos controladores de los hombres de la familia y ha afectado la libertad y la agencia de las mujeres y las niñas, sostiene el informe.
Varias expertas explicaron a la Comisión las dificultades para recoger testimonios de víctimas de violaciones y violencia sexual debido a la cultura conservadora de la sociedad palestina. También describieron cómo el régimen israelí ha usado su conocimiento de esa cultura para infligir el máximo sufrimiento a las víctimas y dañar a sus familias y comunidades; por ejemplo, por medio de la divulgación de las vejaciones sexuales cometidas para estigmatizar a las mujeres y avergonzar a su entorno.
La Comisión también analizó numerosas expresiones públicas (fotos, videos, grafitis) de violencia sexualizada y racializada por parte de los soldados israelíes hacia las mujeres palestinas. La ya conocida exhibición grotesca de soldados con prendas íntimas femeninas durante las incursiones en viviendas palestinas ha ido acompañada de expresiones racistas en las redes, como: «Siempre dije que las árabes son las putas más grandes que existen». En una ocasión, tras atacar desde un tanque un centro y refugio para víctimas de violencia doméstica, los soldados dejaron en el edificio destruido grafitis que decían: «Hijas de puta, vinimos a cogerlas, a ustedes y a sus madres, putas» y «Las conchas sucias de sus putas, árabes asquerosos, hijos de puta, los vamos a quemar vivos, perros».
Y VENGANZA CONTRA LOS HOMBRES
«Me llevaron a una sala
de interrogatorio y me colgaron
de los brazos atados a la espalda.
Los dedos de mis pies apenas tocaban el suelo. Un guardia me introdujo una vara metálica en el pene, unas 20 veces en total. Empecé a sangrar. El dolor era insoportable, pero la humillación era peor.»
Detenido en la cárcel israelí de Sde Teiman
Los testimonios brindados por víctimas y profesionales a la Comisión describen abusos generalizados y sistemáticos, violencia sexual y de género, tanto en cárceles y lugares de detención temporal como durante los interrogatorios y los traslados. Estas prácticas aumentaron considerablemente en gravedad y frecuencia desde el 7 de octubre de 2023 a raíz de las órdenes y las declaraciones del extremista ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir, a cargo de las prisiones.4
La Comisión concluyó que el gran incremento de los delitos sexuales y de género perpetrados contra los detenidos se debe a la intención de vengarse por los ataques llevados a cabo por los palestinos el 7 de octubre de 2023. Los hombres y los niños palestinos han sido objeto de actos de persecución específicos destinados a castigarlos colectivamente. Se les ha sometido a desnudez forzada y pública, a tortura sexualizada e incluso a violación sexual;5 estos actos han sido registrados y difundidos en línea con la intención de castigar, humillar, degradar e intimidar a los hombres y a los niños palestinos, como una forma de restablecer el honor de la nación herida por la violencia del enemigo el 7 de octubre de 2023.
Un hecho perturbador es que las violaciones con objetos y otras formas de violencia sexual han sido ejecutadas en muchas ocasiones por mujeres integrantes del Ejército israelí, probablemente con la intención de infligir una doble humillación a la masculinidad palestina.
IR A LA RAÍZ DE LA VIOLENCIA
La Comisión, que tiene como parte de su mandato investigar las causas profundas de las violaciones de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, concluyó que la violencia sexual y de género tiene por objeto no solo humillar, castigar e intimidar a las víctimas directas, sino también a la población civil en su conjunto, con el objetivo de subordinar, perseguir, destruir y expulsar al pueblo palestino como grupo.
«La violencia sexual y de género se utiliza como herramienta para acentuar aún más la subordinación del pueblo ocupado, mantener el sistema de opresión israelí y negar al pueblo palestino el derecho a la autodeterminación. La Comisión afirma que estos crímenes deben abordarse resolviendo sus causas profundas: el fin de la ocupación ilegal lo antes posible, el desmantelamiento de las colonias y la evacuación inmediata de la población colona, la garantía del derecho al retorno, la restitución de los bienes y las tierras, el pago de indemnizaciones a la población palestina cuyos bienes no puedan ser restituidos, así como el desmantelamiento de las estructuras históricamente opresivas y del sistema institucionalizado de discriminación contra el pueblo palestino, tal y como indicó la Corte Internacional de Justicia en su opinión consultiva de julio de 2024.»
Violencia sexual y de género registrada por la Comisión
Acoso sexual verbal: insultos de carácter sexual y amenazas de violación en grupo a la víctima o a sus familiares.
Abuso y humillación sexual: intentos de besar por la fuerza, coacción para ponerse pañales o quitarse el velo delante de los hombres.
Desnudez forzada: obligar a desvestirse en público mientras se les fotografiaba o se les obligaba a caminar o a bailar.
Violencia reproductiva: patear, golpear y apretar los genitales; restringir el acceso a compresas menstruales y atención médica durante la detención.
Tortura sexualizada: violación mediante la introducción de objetos o dedos en el ano o el pene; interrogatorios y palizas mientras se está desnudo.
«Nos ordenaron a todos, hombres y mujeres, quitarnos la ropa, seguir caminando y solo mirar hacia adelante. Yo caminaba desnudo entre los tanques, ni siquiera tenía ropa interior. Un soldado israelí me escupió la cara. Me obligué a no reaccionar, pues sabía que me romperían todos los huesos del cuerpo si lo hacía.» Hombre desplazado en la carretera Salah al Din, en Gaza.
«Estaba tirado en el suelo, desnudo. Los soldados me exigieron que besara la bandera israelí, pero me negué, así que me golpearon duramente y me dieron patadas en los genitales. Vomité. Me dolían y tenía los testículos hinchados y magullados por la paliza. Perdí el conocimiento durante un breve período, desperté y me di cuenta de que seguían golpeándome.» Detenido en la prisión israelí de Néguev/Naqab.
- Esta comisión de nombre largo se abrevia como COI (Comission of Inquiry). Está integrada por tres personas expertas: la veterana jurista sudafricana Navi Pillay (que la preside), Miloon Kothari (India) y Chris Sidoti (Australia). Fue establecida en mayo de 2021 tras el último ataque mortífero israelí sobre Gaza, que fue precedido de graves disturbios en Jerusalén, los que se extendieron a todo el territorio de la Palestina histórica. Su creación fue votada por la Asamblea General (con el voto negativo del Uruguay de Lacalle Pou) y funciona en la órbita del Consejo de Derechos Humanos. Presenta sus informes anualmente a ambos órganos de la ONU y ha estado muy activa desde el 7 de octubre de 2023. ↩︎
- Previamente al actual informe, la COI investigó los hechos del 7 de octubre de 2023 y publicó en 2024 un extenso informe que calificaba de crímenes de guerra los actos cometidos por grupos de la resistencia palestina y otros civiles palestinos contra civiles israelíes. Respecto a las denuncias israelíes sobre violaciones y violencia sexual, la COI concluyó que existen motivos fundados para concluir que mujeres israelíes sufrieron «violencia física, sexual y psicológica, incluyendo amenazas de cometer tales actos, coacción y privación arbitraria de la libertad», aunque no se pudo identificar la identidad de los perpetradores. La COI señaló también en más de una ocasión la falta de colaboración y las restricciones impuestas por el gobierno israelí para acceder a víctimas, pruebas forenses o testigos de los hechos denunciados (muchos de los cuales fueron puestos en duda por investigaciones independientes y por la misma fiscal especial designada por el gobierno, que no pudo hallar evidencias). ↩︎
- La proporción de víctimas femeninas desde octubre de 2023 en Gaza (el 33 por ciento de las muertes) es más del doble que en la agresión israelí de 2008-2009 (el 15 por ciento de las muertes) y más que en la agresión de 2014 (el 21 por ciento).
↩︎ - Las severas torturas y las condiciones extremas de hacinamiento, la falta de agua, comida, higiene y atención médica en las prisiones israelíes provocaron la muerte de al menos 65 presos el último año; podrían ser más, ya que Israel no proporciona datos oficiales ni admite visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja. ↩︎
- Los peores abusos ocurrieron en el célebre y temido centro de detención Sde Teiman, pero también en cárceles ordinarias, como Ofer, Megido y Al Naqab. En algunos casos la violación resultó en daños graves y permanentes, hospitalización e incluso muerte de la víctima, como ocurrió con el cirujano Adnan al Bursh, jefe de ortopedia del complejo médico Al Shifa, de Gaza. ↩︎