Con los presidentes de México y Argentina como sus principales impulsores, el Grupo de Puebla intenta convertirse en la nueva alianza de referencia del progresismo continental. A la ausencia de Cuba y Venezuela en su seno suma algunas otras diferencias de peso con respecto a su antecesor, el Foro de San Pablo.
La nueva situación,
generada a comienzos de 2019, en Venezuela –que derivó en la constitución de un
gobierno paralelo al de Nicolás Maduro– y la crisis de los modelos económicos y
sociales del conservadurismo regional fueron catalizadores de la construcción
de una alternativa progresista en la región, que es, sin embargo, mucho más
suave en lo ideológico que el viejo Foro de San Pablo.
Sus orígenes deben rastrearse en febrero de este
año. Apenas asumido como presidente de México, And...
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