Fetiche de coleccionista, patrimonio de una nación, lectura en común con la que dos personas entran en confianza; el libro es protagonista de numerosos eventos comerciales y culturales de nuestra ciudad, así como también de proyectos alternativos o comunitarios. Las dos palabras que lo llevan en su cuerpo: librería y biblioteca. Ambas abundan en Montevideo. La última para muchos es la hermana caída en desgracia, la primera, templo profanado por las novedades de la world cuisine y los libros de gatitos. En esta nota, dos historias que tienen al libro como objeto en común, pero no exactamente de su devoción. Magia de un artefacto que hace posible los fines más diversos.
La Paloma, Rocha. Mesas largas. Bueno, mesas no, caballetes y tablas. Largas cantidades de libros en liquidación. Libros Li...
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