Con la Feuu fragmentada, la Corriente Gremial Universitaria es consciente de la fuerza que tiene su bloque para decidir esta elección –podría acercar a ambos candidatos o podría hacer despegar a uno de los dos– y se dispone a negociar mano a mano con ambos en estos días.
“De acuerdo al panorama actual, los votos de la Corriente Gremial Universitaria (Cgu) definirían la elección. Eso está clarísimo”, dijo a Brecha Agustín Marchesano, secretario general de esa corriente estudiantil, cercana al Partido Nacional. Es que la gremial aún no ha decidido hacia dónde volcará los diez votos que tiene, y que pueden o bien darle la victoria al economista Rodrigo Arim en la Asamblea General del Claustro (Agc) del próximo miércoles 10 de octubre, o bien impulsar al matemático Roberto Markarian y balancear la contienda.1 Incluso pueden abstenerse y con eso obligar a una tercera asamblea, la que podrá sesionar con cualquier número de asistentes y designar como electo al candidato que simplemente obtenga el mayor número de votos.
En la primera Agc, ni Arim ni Markarian obtuvieron la mayoría especial de dos tercios de los votos, y aunque el primero ganó en todos los órdenes (48 a 32), no logró los 75 votos que necesitaba. Para esta segunda vuelta el candidato ganador deberá alcanzar la mitad más uno de los votos, es decir, 57; lo que coloca a Arim a tan sólo nueve sufragios de lograr el rectorado.
En esa primera asamblea los estudiantes de la Cgu se retiraron de sala y se abstuvieron de votar. Ahora esta corriente es muy consciente de la fuerza que tiene su bloque para decidir la elección, y se dispone a negociar. Tiene planeado reunirse con ambos candidatos en los días previos al 10 de octubre. “Queremos definirnos por uno de ellos y votar en bloque, pero vemos que todavía no nos han demostrado el compromiso que creemos que tienen que tener”, dijo Marchesano, y adelantó: “Si alguno de los candaditos nos demuestra antes del miércoles los compromisos, y coincidimos en los puntos más importantes para nosotros, no tendríamos problema en acompañarlo el próximo miércoles. Si no, seguiremos escuchando”, adelantó. El secretario general de la Cgu es claro al advertir: “Por supuesto que queremos que el candidato que apoyemos –si apoyamos a alguno– le introduzca nuestras ideas a su plataforma y a sus proyectos”.
“Apostamos por una gestión transparente, honesta, que piense en los intereses generales de la Universidad y que la posicione en el país, la región y en el mundo, que sea una universidad de vanguardia. Y para ello el Interior es un punto que nos interesa principalmente”, explicó el estudiante de la Facultad de Derecho. Según Marchesano, hay que buscar un mayor financiamiento para que los centros universitarios regionales (Cenur) tengan “mayor independencia, tanto presupuestal como académica”; además de convertir la radicación docente en una realidad, para que los profesores dejen de viajar todas las semanas desde Montevideo (el caso de la carrera de secretariado en Salto es uno de los más notorios). La Cgu también considera que se necesita aumentar el nivel y el número de las carreras que se dictan en el Interior: “Queremos una verdadera descentralización, no una parcial”. Consultado sobre si el modelo a seguir es el de la autonomía de la Utec, el portavoz considera que habría que analizar cuáles son las realidades de cada centro y la reglamentación vigente para ver si es viable implementar un modelo de desarrollo de ese tipo en los Cenur.
Los estudiantes de la Cgu también van a insistirles a los candidatos respecto de la necesidad de apoyar económicamente a los servicios que están estrenando nuevos planes de estudio, y también a las tecnologías de la comunicación, para que los cursos online (“una Universidad del siglo XXI”) puedan aliviar los problemas de masividad de algunos centros. Hay que aumentar el número de posgrados, dicen: “Vemos que de alguna forma las universidades privadas en algunos servicios han avanzado más que la Udelar. Avanzar en eso nos va a dar mayor visibilidad y competitividad en el mundo”. Lo mismo con la acreditación de carreras en el Mercosur, explicó Marchesano.
“En la elección pasada votamos por Markarian y decidimos la elección”, recuerda el estudiante. Sin embargo, “quedamos con algún gustito amargo de lo que fue su gestión”, “no hubo grandes cambios en la Universidad en los últimos cuatro años, eso es una realidad. Creemos que hay cuestiones que no fueron abordadas como teníamos la esperanza de que lo fueran”. Eso, advierte el estudiante, “no quiere decir que estemos completamente desilusionados, tenemos posibilidades de ir conversando con Markarian, al igual que con Arim”. Sobre este último candidato recordó que la Cgu apoyó su decanato en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, y “la experiencia fue muy buena”, “no es lo mismo ser decano que rector, pero Arim cambió el plan de estudios, modificó la estructura docente, departamentalizó la facultad. Son avances”.
Sobre la división actual en el movimiento estudiantil opinó que, a pesar de que el ideal es el consenso y la unidad, “la realidad es que esta situación generó que nosotros seamos más escuchados de lo que hubiéramos sido si no fuéramos los que definimos la elección”.
ESTO ES POLÍTICA. “Sabemos que hubo intención de hacer muchas cosas. Otras no se pudieron dar por temas presupuestales, pero se avanzó en cuanto a becas, comedores, desarrollo en el Interior, dedicaciones totales e investigación, además de compartir la idea que tenemos de una Universidad con intereses populares. Por todo eso nos pareció que debíamos darle el apoyo nuevamente a Markarian”, resumió Michel Martínez, de la Brigada 1958 y además secretario de cultura de la Feuu. Este sector (que cuenta con seis votos por los estudiantes, más otros cuatro de los egresados) no se había pronunciado antes de la primera Agc, pero luego terminó votando en bloque por el matemático. “Ese apoyo no va a cambiar” en esta segunda asamblea del miércoles, adelantó Martínez.
Pero “esto es política” y “va a seguir habiendo acuerdos y negociaciones; algunos votos pueden llegar a darse vuelta o no” de ahora a la segunda vuelta, opinó el estudiante. Se refiere al bloque aún indeciso de la Cgu, pero también a los muchos centros de estudiantes que todavía no sesionaron para elegir candidato.
Lo que algunos ven como un estado de “fragmentación” en el movimiento estudiantil (por primera vez la Feuu les otorgó a sus representantes en la Agc total libertad de acción para votar), otros encuentran en ello algo positivo e incluso un cambio sano: “Lo que vemos no es una fragmentación, sino un momento en el que se está empezando a generar una contraposición de proyectos diversos. Creo que de alguna forma se está generando una base para que el movimiento estudiantil avance y rompa con viejos modelos que históricamente sirvieron para legitimar la dominación y el mandato”, por ejemplo, de las corrientes políticas mayoritarias sobre centros de estudiantes o agrupaciones más chicas.
Diego Pereira, integrante del Frente de Participación Estudiantil Susana Pintos, coincide en que se han manejado argumentos “terroristas” respecto de la partición de la Feuu, pero advierte que la federación sí ha tomado una postura conjunta y ha sido precisamente la de no tener mandato y dejar en libertad de acción a sus integrantes. “La unidad no es votar igual en cada uno de los espacios de cogobierno. Para nosotros la unidad de la Feuu se expresa mucho más cuando salimos a luchar en las calles, en las marchas por presupuesto… La Feuu no sólo no está partida, sino que está unida para pelear en esas causas comunes”, resumió.
En lo relacionado con la campaña por el rectorado, Pereira advierte sobre una falta de defensa de las ideas de autonomía y cogobierno: “Nos genera gran preocupación cómo las plataformas de ambos candidatos plantean reformar la ley orgánica, cuando las últimas experiencias que hemos tenido en este gobierno han sido terribles”, dice, y se refiere al ejemplo de la Utec y los vaivenes de su Consejo Directivo Provisorio que han puesto en jaque el cogobierno de esa universidad. También les preocupa un posible proceso de mercantilización de la Udelar, por ejemplo a través del pago de los posgrados, un proceso al que “Arim le ha dado continuidad” desde el decanato de Facultad de Ciencias Económicas y de Administración y que Markarian “tampoco ha sabido romper” desde el rectorado.
“La postura es la de no apoyar a ninguno de los dos candidatos. Y nos vamos a mantener en esa posición en la Agc del miércoles”, adelantó Pereira. Es decir, se mantendrán firmes en su eslogan: “Ni Arim ni Markarian”.
- “Los votos de la Cgu son clave para la elección del rector”, en La Diaria, 3-X-18.