Mario Panizza, CEO de Vertical Skies, afirmó que, tras el presunto espionaje a los senadores Charles Carrera y Mario Bergara –acción que atribuyó, individualmente, a uno de sus subordinados, Marcelo Acuña–, la empresa quedó «inexistente». «Todas las puertas se cerraron y se van a cerrar por décadas […]. No va a existir más», afirmó Panizza (Telenoche, 13-XII-22). Sin embargo, la empresa con sede en Miami (Estados Unidos) considera que aún tiene cuentas que cobrar.
Panizza envió un correo electrónico a la Gerencia General de UTE, en el que reclamó el pago por la venta de un helicóptero no tripulado (dron) y de un «software de mapeo y análisis de video georreferenciado e inspecciones visuales de activos». El militar retirado argumentó que la empresa ya incurrió en gastos para la adquisición de la tecnología –el dron está siendo armado por Alpha Unmanned Systems, una empresa española especializada en la construcción de helicópteros no tripulados– y que ya brindó los cursos de capacitación para el uso del software a los funcionarios del ente energético. La nota de Panizza fue presentada durante la anterior sesión del directorio de UTE, en el marco de la polémica suscitada en el organismo por estas compras. En efecto, la directora Fernanda Cardona –representante del Frente Amplio en UTE– reclamó suspender los pagos a Vertical Skies hasta que se aclaren las posibles irregularidades detrás del proceso.
La jerarca solicitó acceder al expediente completo de las dos licitaciones abreviadas para conocer sus detalles, pero la información le fue entregada en forma parcial. De allí se desprende que la compra del dron y del software tomó en cuenta «las especificaciones técnicas recomendadas por la Fuerza Aérea Uruguaya, quienes son especialistas en la materia ». Esa fuerza tendrá a su cargo la gestión del dron tras un acuerdo firmado entre UTE y el Ministerio de Defensa Nacional.
Sin embargo, de la documentación se desprenden desprolijidades y contradicciones en estos procesos, afirmó Cardona (MVD noticias, 19-XII-22). Una de las primeras constataciones es que no existe ningún informe técnico de las áreas de UTE que se encargan de la gestión y el mantenimiento de las líneas de alta tensión sobre la necesidad de adquirir esta tecnología. En efecto, la compra comenzó tras un pedido de la división Tecnologías de Información y Comunicación, cuyo gerente es Raúl Feijo, esposo de la presidenta del ente, Silvia Emaldi.
Incluso, Feijo elevó la propuesta de invitar a cotizar a dos posibles proveedores: DJI (Baynal SA) y Vertical Skies, aportando el número de contacto y correo electrónico de Panizza. Finalmente, la licitación contó con la participación de Vertical, a través de Lunacar SA, su subsidiaria en Uruguay, y de Diesel Motor SRL. La adjudicación, que por su monto no pasó por el directorio, finalmente fue para la empresa estadounidense.
En este punto, Cardona planteó otra contradicción, ya que UTE firmó el contrato con Lunacar SA, pero el reclamo del pago lo hizo Panizza, en representación de Vertical Skies. Según Cardona, el problema radica en que Acuña –señalado por Panizza como el responsable de pedir la información de los dos legisladores– ya no integra Vertical Skies, pero aparece como el referente técnico en las dos licitaciones adjudicadas por UTE.
Pese a estas observaciones, el directorio del ente rechazó por mayoría suspender los pagos a Vertical Skies, con base en un informe de la División Jurídica que señaló la eventualidad de que la empresa estadounidense presente acciones civiles contra el ente. Sin embargo, el asunto podría tener otras derivaciones: el director Enrique Pees Boz, representante de Cabildo Abierto, aseguró que está dispuesto a votar el inicio de una investigación administrativa en caso de que persistan las dudas sobre el proceso (La Mañana, 22-XII-22).
