Edward Snowden, como muchos recordarán, fue empleado de la Cia y analista externo de la Agencia de Seguridad Nacional (Nsa, por sus siglas en inglés), y destapó toda la estructura de ciberespionaje que la potencia norteamericana practicaba a nivel global. Por esta razón es que está requerido en ese país por delitos que le costarían hasta 30 años de prisión. Pero nada parece detenerlo, y desde Rusia, su lugar de asilo por el momento, utiliza la red social para expresar sus pensamientos y continuar con la lucha contra las prácticas de vigilancia de Estados Unidos. El primer mensaje que compartió decía “¿Pueden oírme ahora?”, y en tan sólo una hora la cuenta obtuvo 200 mil seguidores, además de que la publicación fue retwiteada por más de 120 mil personas y marcada como favorita por similar cantidad hasta este momento.
Esta gran muestra de apoyo y popularidad le dio pie para continuar con sus twits (14 por ahora) con matices irónicos y en tono mayormente desafiante con respecto a sus ex empleadores y, dicho sea de paso, la única cuenta que sigue Snowden es la de la Nsa (@NSAGov), la cual no tuvo la cortesía de devolverle el gesto. Entre sus mensajes más picantes destaca uno en el que dice: “Mientras tanto, mil personas en Fort Meade acaban de abrir Twitter”, en clara alusión a la base del ejército del estado de Maryland que oficia de cuartel general de la Agencia de Seguridad Nacional.
Además, el ex técnico de la Cia recibió muestras de apoyo de diversas personalidades que le dieron la bienvenida, como el astrofísico Neil deGrasse Tyson. Ambos intercambiaron mensajes y Snowden se autodescribió como “un ciudadano con una voz” y no como el héroe o traidor que le consideran adeptos y detractores. Él ahora trabaja para el público, como afirma en su descripción, y para ello no sólo usa Twitter sino que es director de Freedom of Press, una organización sin fines de lucro que defiende el interés público del periodismo exhibiendo los trapos sucios del gobierno estadounidense. Snowden supo filtrar información sobre los programas de espionaje masivo que la Nsa desarrolló a partir de los atentados a las Torres Gemelas, así como hizo público que se intervenían las comunicaciones de líderes de potencias mundiales, como la canciller alemana Angela Merkel. “No puedo en mi sano juicio permitirle al gobierno de Estados Unidos destruir la privacidad, la libertad de Internet y las libertades básicas de las personas alrededor del mundo, con esta máquina de vigilancia masiva que ellos secretamente han construido. Entiendo que tendré que sufrir por mis acciones”, reconoció el analista en una entrevista con el periódico inglés The Guardian meses atrás. Si bien él asume los riesgos de su actividad, mantiene firme su rumbo con esta reaparición que viene a despertar fantasmas casi olvidados y a poner el tema en la agenda del público. El carácter incisivo y provocativo de sus twits muestra que a pesar de las consecuencias que pueda tener esto (que no son pocas), no tiene pensado callarse y que llegó a Twitter para quedarse.