El ex presidente catalán Carles Puigdemont se prepara para sacrificar su partido, el Pdecat, para reubicarse en la recién nacida Crida Nacional, un movimiento donde afianzar su liderazgo y radicalizar el unilateralismo independentista. Paralelamente, sale a la luz la tensión soterrada entre la izquierda y la derecha independentista.
La historia del independentismo catalán, del procés, es una larga huida hacia adelante. En ella siempre fue la derecha nacionalista la que le impuso al otro socio principal, Esquerra Republicana de Catalunya (Izquierda Republicana de Cataluña, Erc), los ritmos, y marcó la carrera de relevos a su conveniencia: de los Pujol a Artur Mas, de Mas a Carles Puigdemont. Pero cuando en esta primavera boreal le tocaba ceder la vez a este último, en su rol de presidente, ...
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