Muchos deben recordarlo por su trabajo en la tele junto con su compañero infaltable, Jackie Rodríguez Stratta –aquel programa, Detrás de la pantalla, en el que trabajó entrevistando a actores y cineastas, y reseñando películas durante los ochenta y los noventa–. Su amor por el cine nació de las largas matinés de barrio. Pero Yamandú era, sobre todo, un gran teatrero, arte que descubrió en las muestras del que había sido su colegio, los Maristas. Solía recordar que la primera obra de teatro que vio y lo deslumbró para siempre fue de Eugene O’Neill. Con el tiempo, su dedicación lo llevó a ser, durante varios años, miembro de la Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay (ACTU) –que también presidió– y a ser considerado, además, el padre del Florencio, premio que creó en 1962 –con su reglam...
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