ÉRASE DOS VECES. Una colección de libros que junto con los de Antiprincesas serían arrojados gustosamente a la hoguera por los enemigos de la nueva agenda de derechos al grito de “¡Puaj! ¡Políticamente correcto!”. Y justamente porque de un tiempo a esta parte se ha desatado una guerra política contra lo que es lisa y llanamente correcto (no discriminar por razón del sexo, la raza o la orientación sexual, por ejemplo) es que estos libros se vuelven una herramienta pedagógica explícita, que pone por delante el fin educativo de estos textos –y de la idea tras la colección–. En efecto, de lo que se trata es de señalar (y enmendar) la rancia ideología que ocultan nuestros amados libros clásicos infantiles. Los responsables de la colección dicen que lo hicieron porque se cansaron de leer los clá...
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