Ángel de Mello trabajaba intensamente el mediodía del martes 7 de julio en el buque Independiente para que zarpara cuanto antes con contenedores y autos encima de estos, se resbaló y cayó al fondo del transporte.
Quedó inconsciente, entumecido, inmóvil. Sus compañeros dieron cuenta del accidente y dos de ellos, en una maniobra sumamente dificultosa, lo rescataron para que una emergencia lo asistiera. Inmediatamente el malherido fue suplantado para que el buque tomara su camino sobre la tarde. Para volver a la escena laboral «con normalidad», sólo bastó un balde de agua y un cepillo para limpiar la sangre derramada. Después de estar cinco días en cuidados intensivos, Ángel, que tenía cuatro hijos, falleció el Día del Padre, sobre la noche.
El presidente del Sindicato Único Portuario, Ramas ...
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